El rostro es nuestra primera impresión ante todos, es muy importante porque será la primer lectura de quienes somos, pero que pasa si esa parte del cuerpo está construida de una forma poco convencional.
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Simplemente seríamos más transparentes ante los demás y diríamos quiénes somos realmente, pues por educación o falsedad nos colocamos caretas para no mostrar nuestro Yo real, aquel ser inconsciente que guardamos bajo llave.
Stefan Zsaitsits, un artista austriaco, se ha dedicado precisamente a develar el verdadero Yo de sus personajes, al ilustrar, generalmente, sus rostros con una temática poco convencional, como por ejemplo una casa en la que ha sucedido un crimen.
El trabajo de este ilustrador destaca porque usa como técnica el dibujo a lápiz y no sólo se concentra en el rostro, como es el caso del chico que no sólo tiene cara, sino cuerpo de cactus.
Sus ilustraciones son una especie de pesadillas, pero pesadillas sin miedo, sin temores, en la que nos podemos reflejar tal y como somos, no como aparentamos ser ante el mundo.
