En un mundo donde las personas viven de la mano de la tecnología y la vida urbana, existen personas que simplemente siente que no encajan y prefieren rehusares a la vida moderna y a la evolución general del planeta por diferentes razones, como la propia decadencia de la especie o el harto consumismo y competencia existencial.

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Con el objetivo de alejarse durante un tiempo de la urbe y los problemas del mundo en general y de las personas que lo rodean, el fotógrafo Antoine Bruy, se fue a otro tipo de civilización, a un lugar que nadie conoce y habitan pocos, donde la tecnología no abunda ni irrumpe la vida misma.

Para dar ese paso impotente en su vida, él se fue durante tres años, del 2010 al 2013, a diferentes comunidades en Europeas, en donde conoció a personas que se rehúsan a formar parte del mundo actual, las cuales forman parte de esta serie de fascinantes retratos.

Principalmente se rehusan a la comodidades y prefieren la autosuficiencia y la expectativa que la madre naturaleza les brinda, sin destruirla. Él señala que tanto por razones políticas y profundamente personales, encuentra una belleza distinta, en un mundo donde no existe el sonido de tic-tac de un reloj o la necesidad desesperada de conquistar el mundo, pero si danzar a la luz del fuego y dormir observando la luna brillar.

El fotógrafo tiene la intención de continuar esta serie más adelante en los EUA el próximo año.

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