El enfoque automático en fotografía puede ser de mucha utilidad en muchos casos, pero existen otras situaciones en las no permiten obtener los resultados deseados, sobre todo si se trata de buscar encuadres distintos con los que una máquina puede llegar a “confundirse”.

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El portal creativo dzoom enumera cinco situaciones en las que conviene apagar el modo automático y enfocar de modo manual tu equipo de fotografía.

Modo macro
En fotografía macro se logra definir con mayor precisión el punto concreto que se busca enfocar: la profundidad de campo es reducida y en pocos centimetros se decide qué parte vas a obtener nítidamente y qué parte no.

Retratos
Los ojos son un elemento fundamental que debe enfocarse cuando se hacen retratos pero hay quien decide encontrar el foco en los labios. Cuando se experimenta con grandes aperturas (poca profundidad de campo) el enfoque manual permite determinar el punto exacto del foco.

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Con poca luz
Tomar una foto cuando hay poca luz no permite funcionar adecuadamente all sistema de enfoque automático y en muchos casos, la cámara ni siquiera se puede disparar La solución es el enfoque manual.

Disparar a través de un Cristal o una Reja
En estos casos el enfoque automático se confunde y enfoca el objeto inadecuado . Con el enfoque manual, se puede tener el control Para obtener mejores resultados, conviene acercarse lo más posible al cristal o la reja.

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Con Mucho Movimiento
Cuando el objetivo se mueve a gran velocidad, el modo automático puede no ser suficientemente rápido. Tú puedes fijar el enfoque en un punto y esperar al momento en que tu motivo pase por allí. A veces, es la única manera de obtener buenos resultados.

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