Después de las competencias atléticas regulares, las sedes olímpicas de cada cuatro año tienen las responsabilidad de organizar los Juegos Paralímpicos, que se traducen en pruebas deportivas de alto rendimiento en la que participan personas con diferentes discapacidades físicas. El significado de estas competiciones es de alto impacto emocional y mediático , revelan el gran esfuerzo al que las personas se pueden someter sin importar sus limitaciones y enaltecen los alcances del deportivismo.

Sin embargo, el espíritu de superación del paralimpismo es dejado de lado cuando los verdaderos protagonistas de estas especialidades deportivas son relegados de las sesiones fotográficas que promueven los próximos juegos de septiembre en Río de Janeiro, como ocurrió en la sesión de la versión brasileña de Vogue.

#SomosTodosParalímpicos: a campanha com @pires_cleo e Paulinho Vilhena https://t.co/05nklRVV25pic.twitter.com/nbsDSGcFTG

Gran polémica y descontento  generó la portada de esta publicación, la cual muestra a un par de supuestos atletas con discapacidad -hombre y mujer- que carecen de alguna de sus extremidades. En realidad se trata de un par de conocidos actores –Cleo Pires y Paulino Vilhena-, mientras él muestra una prótesis en la pierna, ella muestra un muñón en lugar de brazo.

La edición digital de las imágenes es lo que ha generado descontento entre la comunidad, además del hecho de no haber mostrado a los verdaderos protagonistas del atletismo paralímpico. La publicación se ha defendido aludiendo que tal edición fotografía representa el hecho de que todos guardan simlitudes con los discapacitados y para defenderse han colocado el tema #SomosTodosParalímpicos, sin embargo, el descontento se ha generalizado-de nuevo- por el hecho de “falsear” imágenes cuando ello no era necesario.

Los modelos de las imágenes representan el esfuerzo de los atletas paralímpicos Renato Leite y Bruna Alexandre, quienes también participaron en la producción, pero de ninguna manera representan el protagonismo que debieran tener en las imágenes. Se trata, sin dunda, de un ejemplo más de la polémica que la edición digital y el “falseo” de las imágenes generan.

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