El realizador y fotógrafo británico Alex John Beck, pone a prueba el concepto de “belleza” y explora las diferentes ideas sobre la apariencia física que acomplejan a la sociedad, en un interesante ejercicio fotográfico donde compara y duplica los rasgos faciales de las personas.
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Actualmente residente en la ciudad de Nueva York, Beck, en primera instancia fotografió a personas sin ninguna pretensión con diferentes rasgos físicos, culturales y raciales, para luego dividir los retratos en dos partes totalmente diferentes, en donde la misma persona es presentada de manera regular de un lado, mientras que del otro se duplicaron tus rasgos y características físicas como el cabello, las pecas, tatuajes, el tamal de los dientes, el bello facial y el tamaño de los pómulos.
La inspiración de este proyecto se basa en el examen de dos creencias comunes del realizados, la primera es que los rostros simétricamente perfectos son más hermosos, la segunda razón es que la cara es la principal característica representativa del carácter, pero en si el trabajo del artista trata de sugerir otro tipo de ideales en la belleza.
Al respecto Beck comenta que, “Estas son dos nuevas formas de percibir a dos personajes que están siempre presentes, incrustadas dentro de un mismo rostro. En cuanto menos simetría se percibe en un principio, se es más diferente a los personajes sugeridos, por su rostro”.
El trabajo de manipulación en las fotografías es notorio al captar el incremento tanto de los huesos como de otras partes de la cara, a pesar de que parecen la misma persona pero con características diferentes, uno es más dominante que el otro, al menos eso lo deja claro el artista, el cual pone en cuestión lo que es realmente bello y por qué.