Frank Lloyd Wright (1867-1959), descendiente de galeses, nace en la segunda mitad del siglo XIX en Estados Unidos. Es uno de los fundadores de la corriente organicista en la arquitectura: una filosofía arquitectónica ligada más bien a lo dionisíaco en tanto y en cuanto los postulados en ella no son exactos y las conclusiones suelen ser desarrolladas por críticos y no por arquitectos.

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Desde joven es educado bajo el sistema Fröbel y ya se lo considera un niño prodigio. Hacia 1890, en su adolescencia viaja a Chicago, durante su explosión constructiva más grande. Allí tiene la oportunidad de ver los primeros rascacielos en Estados Unidos.

Chicago lo tenía todo para Wright: los dueños de la máquina, burgueses hijos de su propio progreso, estaban buscando sus propios modos de representación; la Escuela de Chicago, donde aprende en el estudio de Adler & Sullivan (éste último ya mencionado en otras ocasiones por enunciar que la forma sigue a la función). Era un estudio sumamente grande que hacía grandes edificios.

Wright se dedicaba a hacer las casas de los burgueses y rápidamente gana notoriedad como diseñador. Distintos arquitectos se disputan su figura, ya con sólo 20 años. Como si fuese poco, tenía uno de los sueldos más altos, sino el más alto, de Chicago. Pero rechaza todas las ofertas y abre su propio estudio en las afueras de la ciudad.

1. Casas Prairie

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Comienza a construir las casas de la pradera o Casas Prairie. Eran estructuras de poca altura diseñadas como cruces centrípetas, con un centro donde se ubicaba el fuego como elemento vital. Así, a partir de ese fuego se construye simbólica y literalmente la casa. Ahora bien, ¿qué es una casa en su esencia más simple y despojada sino eso?, ¿por qué sino suele llamarse ‘hogar’ al lugar cálido de refugio? Sin dudas, el fuego es un lugar de refugio y un lugar de refugio es una casa, que produce seguridad y confort. Además, ya hace casi 120 años atrás, en sus diseños no existe una fachada única, como sí ocurría en otros edificios; por eso, toda la fachada posee la misma importancia.

La casa se extiende a través de caminos, maseteros, escaleras y voladizos a lo largo del terreno, colonizando de alguna forma la tierra. Del mismo modo, la arista y la caja arquitectónica están desmaterializadas, a través de balcones y entradas.

2. Hotel Imperial en Tokyo

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Años más tarde, en los años ´20 su turbulenta vida familiar lo lleva a exiliarse en Japón. Allí diseña el Hotel Imperial en Tokyo. Ante un cliente hotelero, que necesita todo rápido, Wright se toma un año para analizar y estudiar el sistema de fundaciones flotantes para resistir a terremotos. En 1923, esta obra logra resistir a un gran terremoto. Por problemas personales ésta es una época de poca producción. Pero sigue buscando formar una arquitectura innovadora de bloques de cemento. En este sentido, indaga sobre cómo dar una respuesta al hombre de las Américas: ¿cuál es la arquitectura de América? Toma elementos de la arquitectura maya y azteca y los aplica con estructuras y materiales modernos.

3. Taliesin

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Las dos grandes casas particulares de Wright, Taliesin en Wisconsin y Taliesin West en Arizona se presentan como un lugar de refugio y protección que parece brotar del suelo. Eran casas donde recibía estudiantes y arquitectos de todo el mundo y compartían actividades. Cuando se llegaba a dicho lugar, no importaba el pasado personal: todos trabajaban la tierra para entender la arquitectura.

Estados Unidos se encontraba con una vastedad de terreno virgen y, de alguna u otra forma, Wright se preguntó, ¿cómo respondemos a eso? En sus obras hay una escala monumental, casi egipcia, casi como un barco, en sus obras. Y se diseñaba todo: hasta el detalle en la lámpara. En este sentido, se buscaba generar una fortaleza, que represente al hombre desde el inicio de los tiempos.

Wright hace vida desde la arquitectura en su forma de diseñar: se diseña de adentro hacia afuera. En otras palabras, lo de afuera es reflejo del interior y, como consecuencia, el interior es un baño de luz constante. La quinta fachada es una entrada de luz cenital, traslúcida y armónica. Pero esto no hacía que el entorno no estuviese relacionado con la obra; el organicismo tiene justamente que ver con las necesidades del entorno.

4. Casas Usonianas

Jacob's House

Además, Wright desarrolló la idea de la Casa Usoniana para clientes que no podían costearse sus proyectos más grandes. Derivado de US, eran casas específicamente destinadas para el estadounidense. Construidas de forma económica y sencilla pero con materiales excelentes eran más baratas que un departamento. Los materiales iban desde la madera y piedra hasta el vidrio, siempre buscando la adaptación al entorno natural. De este modo, preponderaba la simpleza sin olvidar que ninguna casa fuese igual a la otra. Así, el arquitecto logró un éxito total otorgándole la oportunidad de acceder a una gran casa al hombre de clase media. No había una casa igual a otra: siempre el cliente era distinto, siempre el terreno era distinto.

5. Edificio Johnson Wax

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Luego de la Segunda Guerra Mundial, Wright diseña el Edificio Johnson Wax bajo la idea de una construcción que niega totalmente a su entorno. Puesto que la ciudad es fea y no hay necesidad de verla, el arquitecto opta por una estructura similar a una fortaleza que se oculta hacia adentro, negando toda posibilidad de ver algo del interior desde el exterior. Sin embargo, la situación interna presenta fachadas sin columnas y una luz cenital que baña el entorno por dentro y hace sentir en el usuario el correr del día con total armonía.

Para el desarrollo de las columnas del Edificio Johnson Wax, Wright había diseñado un tipo de columnas que no cumplían con las normas estructurales de la época. La controversia llevó a que los inspectores demandaran hacer una columna de prueba. Sorprendentemente, en la prueba, dicha columna llegó a cargarse con 12 toneladas de material, es decir, cinco veces más que la carga que debería de soportar. De todos modos, es interesante ver en el documental ‘Frank Lloyd Wright’ (1998) de Ken Burns los problemas que trajo el desarrollo de un diseño tan innovador para la época. Allí, entre otras cosas, se muestra cómo empleados que trabajan en el lugar cuentan acerca de las fugas que se producen por la forma en que están sellados los tubos de vidrio de las claraboyas y el techo.

6. Milla Illinois

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Otro interesante ejemplo de su postura visionaria y desprejuiciada es el diseño utópico de la Milla Illinois. Recién hoy en día, se está construyendo el Burj Khalifa en Dubái, un diseño que intenta acercarse modestamente, con menos de la mitad de altura, al diseño de Wright. Allí, se está usando el mismo método constructivo que el arquitecto había planteado: una columna central con losas que salen de allí.

7. Casa de la Cascada

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La Casa de la Cascada en Bear Run, Pensilvania, es el mayor exponente de arquitectura orgánica. Hay un diálogo perfecto con su entorno, donde la horizontalidad de los bloques revocados de color ocre armoniza con todas las estaciones del año. El sonido del torrente siempre se oye (razón por la cual el cliente tuvo que abandonar la casa) y la casa no se posa, sino que brota del terreno. Como ya se dijo en otros casos, no hay una fachada principal, sino que es una arquitectura de la cuarta dimensión en movimiento constante. Los bloques se extienden tomando el paisaje. Hay una escalera que baja al arroyo y no tiene otra funcionalidad que permitirle al usuario mojar sus pies en el arroyo. Además, aquí se deja en claro que la unidad de medida no tiene que ver con el Modulor de le Corbusier; más bien tiene que ver con las sensaciones. El proceso de creación del edificio se da a partir de caminar el terreno. Por eso, cuando uno está en el interior no puede abstraerse del exterior.

8. Museo Guggenheim de Manhattan

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En los años ´50, Wright es elegido para diseñar el Guggenheim de Manhattan, Nueva York, por ser el arquitecto más famoso del mundo y ganar el concurso. Solomon R. Guggenheim, llegando a su vejez, quería dejar un legado en Nueva York. Al arquitecto le lleva casi diez años lograr aprobarlo. Su diseño es una decisión perfecta para un entorno caótico. Su ascetismo y blancura es perfecta. Uno no puede ver lo que hay adentro puesto que se presenta como una fortaleza similar a un panal de abejas. Desde el interior se propone un recorrido bañado por luz cenital, donde el usuario desciende piso por piso por una rampa que hace las veces de sala. En este sentido, es interesante pensar en cómo Wright, un arquitecto que se encontraba sobre el final de su carrera y vida, desafía una vez más a todos sus colegas de los que recibía críticas constantes, dejando en claro que aún siendo un veterano es capaz de innovar y dar de qué hablar.