A partir de ayer y hasta el 4 de noviembre estará la Gran Ofrenda del Zócalo capitalino rendirá homenaje a los migrantes que perdieron la vida en su búsqueda de mejores oportunidades. La instalación contemporánea se componer de cuatro arcos del triunfo, nueve senderos, seis catrinas, un “Túmulo funerario” y un “Altar de Muertos”, es resultado del diseño dual del artista Humberto Spíndola y la antropóloga Gisela Mendoza Jiménez, y contará como elemento orgánico con la ambientación musical realizada por el arreglista y compositor Ricardo Martín Jáuregui.

El “Altar de Muertos” piramidal (axis mundi), pieza central del montaje diseñado por Humberto Spíndola, servirá como escenario de grupos que interpretarán día con día, a ras de piso, diversos géneros musicales representativos de las comunidades migrantes que llegaron a la CDMX.

El mismo autor creó el “Túmulo funerario”, pieza de doble vista (Catedral y Avenida 20 de Noviembre) que resignifica una tradición ya casi extinta, pero que es el antecedente directo de los altares y ofrendas mexicanas contemporáneas.

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En alusión a las cuatro regiones en que estaba dividido el cosmos de acuerdo con la cosmovisión mesoamericana, los “Arcos del triunfo. Cuatro rumbos del mundo” del artista están orientados en los cuatro puntos cardinales de la Plaza de la Constitución y a cada uno le corresponderá un color: Norte (negro o amarillo / región de los muertos); Sur (azul / región del Tlalocan. Paraíso de Tláloc); Oriente (rojo / por donde sale el sol. Lugar de los guerreros que acompañan al astro desde su salida hasta el mediodía) y Poniente (blanco / lugar de las mujeres muertas en el parto, cihuateteos, que acompañan al sol en su travesía nocturna).