Toda cultura nacional posee elementos visuales representativos inherentes a su gente, sus costumbres, su historia, sus características físicas y muchos aspectos más. Así como de México se suele ver repetidamente la indumentaria del charro -su sombrero, principalmente- o la imagen de los saguaro, de cada país se pueden obtener verdaderos iconos.

La industria ganadera de Argentina, así como la efigie de algunos de los personajes más representativos de la cultura popular del país latinoamericano colocado más al sur -Maradona, Evita Perón y otros más- son sintetizados por el creativo visual Hernan Berdichevsky, nativo de esta nación, en elementos pictográficos. Mira a continuación el resultado de esta propuesta visual… el autor también explica la importancia de cada uno de estos símbolos de la argentinidad.

Vaca

Expresión cuadrúpeda de la potencial riqueza argentina. Ninguneado mamífero que pastorea por nuestro suelo y se refugia del sol bajo los carteles de publicidad. Curiosamente considerado un animal estúpido, su existencia se justifica ante varios pilares de nuestra dieta, como la leche, el dulce de leche, y especialmente la carne. Prescindir de ella en la Argentina es entre una provocación y un flagelo. Los vegetarianos están obligados a una dura militancia, y son inducidos de por vida a la perpetua claudicación.

Evita

María Eva Duarte de Perón. Segunda esposa de Perón, joven actriz, incansable líder social, benefactora de los más necesitados, enemiga de la oligarquía, musa inspiradora de la ópera homónima y hasta personaje interpretado por Flavia Palmiero y Madonna. Evita es la síntesis del enfrentamiento entre peronistas y no peronistas en la Argentina. Al morir víctima de un cáncer de útero, se anunció oficialmente el fallecimiento de la “Jefa espiritual de la nación”. Esa tragedia le valió un lugar eterno en el corazón de sus “descamisados”. Trabajó denodadamente por la conquista del voto femenino, fundó hospitales, hogares y orfanatos.

Colectivo

Ómnibus de 21 asientos con capacidad indefinida de gente de a pie. Invento nacional que siempre llega adonde uno quiere ir: la cuestión es saber en qué línea. Recientemente modernizados y equipados con máquinas para monedas (antes el chofer conducía, cobraba, daba vuelto y boleto al mismo tiempo) los colectivos han perdido su tradicional carrocería pintada con filetes, los muñecos de peluche, espejitos, posters, banderines, flecos y fotos. Hábito común es sentarse en los asientos de atrás, para no tener que ceder el asiento de adelante, asignado para embarazadas y discapacitados. Infalible cuando el “bondi” no viene, es encender un cigarrillo: ahí aparece seguro.

Cortazar

“Una esperanza se hizo una casa y le puso una baldosa que decía: Bienvenidos los que llegan a este hogar. Un fama se hizo una casa y siguiendo la costumbre puso en el porche diversas baldosas que compró o hizo fabricar. Las baldosas estaban colocadas de manera que se las pudiera leer en orden. La primera decía: Bienvenidos los que llegan a este hogar. La segunda decía: La casa es chica pero el corazón es grande. La tercera decía: La presencia del huésped es suave como el césped. La cuarta decía: Somos todos pobres de verdad, pero no de voluntad. La quinta decía: Este cartel anula todos los anteriores. Rajá, perro”.De Historias de cronopios y de famas, uno de los más famosos libros del gran escritor que nació en Bruselas, vivió en la Argentina, escribió en Francia y se inscribió como latinoamericano entre los escritores del boom.

El che

Argentina

Final glorioso del continente americano. Vasto territorio de cuatro climas y todas las geografías conformado sobre todo por inmigrantes europeos que llegaron entre fines del siglo XIX y comienzos del XX. Único país capaz de ser conocido en el resto de Sudamérica por su soberbia, en los Estados Unidos por el nivel de sus científicos, en Europa por su belleza, cultura y elegancia, y en el mundo entero por Maradona. De puertas hacia dentro, los argentinos somos una nación de gente naturalmente optimista pero congénitamente quejosa, que se acostumbra desde su nacimiento a la incertidumbre permanente.

Gardel

Mítico cantor de tangos del que los argentinos nos apropiamos bajo protesta de franceses y uruguayos –quienes se atribuyen su lugar de nacimiento– hasta convertirlo en sinónimo de excelso: “ser Gardel” en la Argentina es llegar a un nivel insuperable, como lo era el Zorzal Criollo al entonar sus milongas de arrabal.

El Diego. Materialización argentina de Dios.

Empanadas

Cierta especie de pastel salado, horneado o frito, relleno de carne, verdura y condimentos. Plato singular de la cocina criolla, típico del Noroeste argentino, pero sumamente difundido en el resto del país. Porque se comen con la mano –imperdonable empuñar cuchillo y tenedor– las empanadas ganaron espacio entre los fanáticos del delivery, ya sea por unidad o por docena. Acompañadas con vino tinto, son la solución rápida para un encuentro entre amigos. Lo más difícil de la técnica de la empanada es conseguir que no se revienten, durante la cocción, por la unión de la masa, o repulgue.

Asado

Conjunto de piezas de carne, embutidos y tripas varias, cocidos a las brasas en la parrilla. Evento social de carácter informal que reúne a un grupo familiar y/o de amigos alrededor de una mesa –por lo general al aire libre– para comer y beber durante horas. En los buenos tiempos, dieta única de los obreros de la construcción que siempre encontraban cómo armar la parrilla en la calle para “hacerse el asadito”. Expresión suprema del arte culinario argentino no sólo por lo cárnico del menú sino por la figura del asador, personaje fundamental que todo lo sabe y es reverenciado por los demás comensales, especialmente sus amigos. Según las mujeres, lo único que saben cocinar sus maridos.