Para su más reciente trabajo fotográfico, el artista de origen chino Benjamin Von Wong, se aventuró a lo más profundo del océano y junto a solo dos modelos, siete buzos y un naufragio submarino en las costas de Balí, se las ingenió para traer a la vida una impresionante y etérea sesión fotográfica inspirada en las ruinas de un barco de 50 años de antigüedad y vestidos que fluyen con la gracia de la corriente del mar, logrando un trabajo elegante y misterioso como las mismas sirenas y diosas antiguas.
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De origen chino, Von Wong estudió tanto su país, como en Canadá y Estados Unidos, es fotógrafo por experiencia propia, pero estudió una ingeniería y trabajó en las minas de Nevada. En ese tiempo tomó fotografías del cielo nocturno, sin la ayuda de luz de apoyo, lo que lo llevó a experimentar técnicas de retoque digital.
La fantasía y los cuentos de ciencia ficción con grandes e imposibles detalles forman una parte importante de sus imágenes, ya que aunque el proceso de edición y retoque es lo que genera ambientes, los elementos reales le dan la iconicidad necesaria para no llegar a ser ilustrativas. Cada una de sus series nace a partir del contacto con profesionales de otras áreas, así, el concepto de las imágenes y la producción que hay detrás parte de un trabajo colaborativo y multidisciplinario
Durante el 2013 formó parte del proyecto “Underwater Realm”, una película independiente en la que colaboran varios productores de distintos medios. En ésta, el fotógrafo tuvo la idea de realizar tomas bajo el agua sobre temas marinos, en los que se reflejara de forma más fiel a la realidad. Este año Von Wong viajó a Bali y con equipo de colaboradores logró realizar tomas bajo los mares de dicha ciudad, teniendo en su totalidad escenarios naturales. Sus únicos instrumentos de soporte fueron la luz natural y lao uz de las cámaras, además de dos modeleos certificadas en buceo.
Para esta última serie lograda en Bali, Von Wong buscó la perfección más allá de la fotografía, ya que estableció ciertas características ilustrativas en el medio digital, con las palabras, el mundo mágico debajo del agua y un mundo de fantasía al estilo princesas. Para conseguir efectos de realidad, el fotógrafo se sumergió con su equipo a 25 metros de profundidad en un área de arrecife en Bali. Para estas imágenes el fotógrafo requirió un equipo de siete buzos, un maquillista y dos modelos. La idea de su proyecto fue financiada por una plataforma de crowdfounding, en la que duplicó la meta económica.
A continuación, te presentamos esta serie de impresionantes y mágicas fotografías del mundo humano subacuático.