Con la popularidad de marcas de maquillaje como Kylie, Urban Decay o Huda Beauty, el público se volvió más conocedor, pero también consciente de los altos precios que sólo unas cuantas personas pueden adquirir. Por años, una marca mexicana se consideró marginada por sus bajos precios y su relación con lo deficiente, pero la nueva campaña de Bissú acepta “su realidad”, la abraza y la convierte en su propio impulsor.

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El proyecto consiste en identificar al público que compra Bissú, el cual son mujeres que gustan de arreglarse, les interesa el tema, pero no pueden o quieren adquirir otros productos ¿y quién son ellas? Las mismas que se maquillan en el transporte público, que dominan la técnica de colocarse máscara de pestañas mientras el microbús salta debido a los baches.

El nombre de la campaña es “Ármate de Color” que además cumple con el objetivo de destacar la gran variedad de sus colores y que al mismo tiempo se relaciona con la misma pluriculturalidad mexicana.

Es así como encontraron una brecha en la que se insertaron en el corazón de los consumidoras, identificándose sinceramente con ellas. Las críticas hacia la campaña son positivas, tanto que en redes sociales se abrió la conversación sobre la marca, no sólo por los colores, tips o productos, sino por el hecho de que con este comercial retrata una realidad que refleja a la sociedad mexicana.

Además al ser una empresa nacional está consciente de su público objetivo y confirma que no lo dejará, no “traicionará” a sus consumidoras, ni las cambiará, seguirá ofreciendo productos de calidad a un precio asequible.