La artista londinense Jessica Dance se especializa en la creación de modelos hechos a mano, accesorios y conjuntos que lejos de ser de cerámica, pintura o plástico, son tejidos a manos y simulan un gran almohadón para hacer de tus siestas toda una oda divertida o deliciosa.

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Su trabajo cuenta con una gran cantidad de objetos convencionales y cotidianas reimaginados de una manera maravillosa, nada convencional. Con una técnica de tejidos de punto, Dance crea desde alimentos, cepillos de dientes, e incluso calculadoras con su máquina de tejer doméstica, además de incluir un toque juguetón al colocarlas en escenarios reales.

Las piezas de punto están hechos de lana, y se ven como algo en lo que todos se querrían acurrucar y no devorar. Es una sensación extraña de querer abrazar a un pavo gigante o aventarte a un plato de pasta, pero, precisamente ese es su poder como arte fibroso.

Hoy que se celebra en EUA el Día de acción de gracias, estos diseños vendrían muy bien para la decoración de una casa, ya que los materiales contagian nostalgia y se prestan para concebir una relación un tanto más íntima.

Entre los clientes de esta artista se encuentran una amplia gama de comerciales como Vogue, Vanity Fair, Google, y más.

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