Una de los aspectos más especiales de la fotografía está en su capacidad para captar los colores que se generan en el ambiente y trasladaros a composiciones visuales capaces de generar discursos visuales sólidos e imágenes capaces de conmover al espectador, ello se puede lograr con la llamada “hora dorada”.
Como sabes, la luz que se genera a lo largo del día permite obtener diversas atmósferas que se pueden atrapar con la lente y llevarlas a la imagen, tal es el caso de la hora dorada, que transcurre durante algunos minutos tras la salida del sol, por la mañana, y también cuando se aproxima la puesta del sol.
Este momentos ocurre, por la mañana, después de llamada hora azul y, por la tarde, tal ambiente se obtiene minutos antes a la oscuridad de la noche. Como debes imaginarte la hora dorada, consiste en el momento en que las tonalidades cálidas, rojizas y amarillas se revelan ante la cámara.
En este momento corto tanto de la mañana como del atardecer es posible realizar imágenes muy creativas que no se podrían lograr en otro lapso del día. Dado que se debe trabajar con la luz, es importante medir la cantidad que registre la cámara fotográfica, acompañarse de un buen tripié y filtros.
Entre los detalles que se pueden fotografiar durante la hora dorada se pueden mencionar retratos, siluetas a contraluz, paisajes y hasta fotografías de interiores que se llenan con la luz del sol a atrafvés de ventanas, puertas y otros vanos.
Como este momento sólo transcurre durante escasos instantes del día es necesario que las sesiones para este tipo de imágenes sean planeadas con la debida anticipación, este trabajo previo incluye una correcta selección de parajes o locaciones.
Los objetos a fotografíar durante la Hora dorada son múltiples y representan un verdaero reto a la creatividad del fotógrafo, quien debe dejar de lado imágenes trilladas o encontrar los ángulos más novedosos en beneficio de la calidad de las imágenes.
