Argentina atraviesa un complejo momento económico y marcas como Amazon, Spotify y Netflix se han convertido en el medidor del desempeño económico que está viviendo el país en estos momentos tan complicados.

Los servicios digitales han sido una de las tantas apuestas comerciales, con que se busca detonar el valor de los negocios en la actualidad.
Dentro de Argentina, marcas como Burger King y Starbucks han comenzado a ser usadas como indicador de la situación económica de esa nación.
Argentina es una de las economías más grandes de América Latina.

Argentina atraviesa por una situación económica muy grave y la opinión del consumidor en ese país no mejora las expectativas que se tienen.

La proyección de un estudio de Management & Fit advierte que para el 63 por ciento de los encuestados, la situación económica que atraviesa el país es peor que la ocurrida hace un año.

Este indicio es una importante alerta que nos debe de hacer observar la oportunidad que han encontrado las marcas de poder innovar en el segmento. Un elemento que no podemos perder de vista es el que nos advierte cómo ciertas marcas están resintiendo esta realidad.

El mejor ejemplo de ello son las especulaciones entorno a la posible salida de Starbucks y Burger King de Argentina, sin embargo, Alsea, la operadora de estas dos marcas desmintió que estuviera buscando comprador para estas dos unidades de negocio, por lo que no piensa seguir los pasos de cadenas como Falabella, que confirmó el replanteamiento en la estrategia comercial que tiene en ese país.

La mala economía argentina alcanza al streaming

Servicios de streaming como Netflix, Spotify o Netflix se enfrentan con una desafiante realidad en Argentina, pues tanto el Banco Central como la Administración Federal encargada de los ingresos públicos de ese país, han impulsado una iniciativa que gravará (impuesto a las Ganancias y a los Bienes Personales) con un 35 por ciento las compras en sitios considerados extranjeros.


Misik – Making Sound Kool

Esta medida representa un duro impacto al streaming, que se ha convertido en el gran acompañante del consumidor durante esta contingencia por COVID-19, en que se ha tenido que confinar en su casa y es golpe sobre todo porque los grandes proveedores de estos contenidos son extranjeros.