Algordanza, una compañía suiza, ha adoptado por un enfoque fascinante e inesperado para conmemorar a nuestros seres queridos que han fallecido; después de haberlos cremado y entregar las cenizas, ofrece la elegante opción de convertir esas cenizas del ser amado en un diamante artificial que puede ser utilizado sin problema como un accesorio.

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Todo comienza con un proceso químico que extrae el carbono de las cenizas de los difuntos, ya que el 18% del ser humano se conforma de carbono. Este carbono se calienta para dar paso a convertirlo en un grafito. El grafito se calienta a una temperatura máxima de 2,700 grados Fehrenheit y son sometidos a presiones tan altas que llegan a los 3,000 kilo por centímetro cuadrado.

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Un peculiar servicio funerario que utiliza máquinas de última tecnología para convertir a un ser humano en un accesorio para la mano, portarlo y recordarlo en cada momento que se utilice la tan preciada e inigualable joya. No es la primera empresa que hace uso de esta técnica, pero su proceso y resultado final es bastante impresionante.

Como resultado, se entrega una piedra de diamante que puede ser en color blanco o azul oscuro, dependiendo del contenido de boro del difundo, que no solo puede adornar la mano, sino también utilizarse en un collar o una pulsera.

El diamante es de 0,2 quilates y se entrega con una certificación de autenticidad y tiene un costo de 4.259 francos suizos ($4,474 dólares). El servicio también existe en México y España.

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