Este 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, este último término suele suprimirse para banalizar la fecha y regalar flores, chocolates, pero no para proclamar el lugar tan importante que ocupa en la sociedad y que siempre ha sido reconocido por el mundo visual.
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Desde la antigüedad, la mujer ha ocupado un lugar importante, sólo basta recordar a Eva, quien fue la que hizo despertar al hombre al morder la manzana si es que se le ve desde un sentido positivo.
La mujer es la más grande fuente de inspiración para los hombres y para las mismas mujeres, de otra forma Eugène Delacroix hubiera sido inspirado para pinta La libertad guiando al pueblo, cuadro en el que una mujer la representa.
O por ejemplo una de las representaciones femeninas que más misterio tiene es la Gioconda o La Mona Lisa, cuadro pintado por el italiano Leonardo da Vinci, quien también es autor de La dama del armiño y de La Scapigliata.
Otra de las mujeres más famosas es la Venus de Sandro Botticelli en el Nacimiento de Venus. De ahí nos podemos saltar a Frida Kahlo o Remedios Varo, quienes destacaron por sus autorretratos, siendo ellas mismas o su vida su inspiración para crear sus obras.
Sin embargo, pese a ser musa inspiradora para grandes artistas, la mujer ha pasado por un trato machista en el mundo de la publicidad, como por ejemplo los diversos anuncios machistas en los que se resaltaba cómo debía ser una buena esposa, abnegada y sumisa.
Pero hoy en día, el papel de la mujer en el diseño y la publicidad ha cambiado por completo, es más desinhibido, aunque en ocasiones suele usarse como un simple objeto sexual, llamado de atención para la sociedad y que la conmemoración del Día Internacional de la Mujer busca borrar, para lograr una verdadera igualdad con el hombre.
