El sistema métrico-decimal que utilizamos en México y en casi todo el mundo es muy eficiente: un metro, por ejemplo, se va simplificando conforme va aumentando o disminuyendo con una base lógica basando en grupos de diez: diez metros es un decámetro, mil son un kilómetro, un décima parte es un decímetro y entre mil un milímetro.

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El sistema inglés se rige por un sentido de lógica diferente, los sistemas de medición no se sustentan sobre la misma base, de ahí que una pulgada, un pie, una yarda y una milla no tienen relación directa entre sí. Es un sistema que tiende a la simplificación de términos más que a una lógica de sumar decenas. De ahí, que por ejemplo, la cifra 3,400 en español se diría tres mil cuatrocientos mientras que en inglés es más fácil treinta y cuatro cientos (thirtyfour hundred).

billion

En lo personal, no sé si por la costumbre, el sistema métrico decimal me hace mayor lógica y permite un cálculo mucho más preciso cuando hay que valorar pesos, distancias o cantidades.

El problema aflora cuando los dos sistemas encuentran un punto en el cual una palabra distingue dos cantidades diferentes. Acertaron, se trata de la cifra billón, billion en inglés. Mientras en español se utiliza para nombrar a un millón de millones, en inglés se usa para referir a mil millones. La academia de la lengua advirtió del problema y trató de solucionarlo posicionado el término millardo para referirse al billion anglo. Sucede también que el término trillón en inglés es el equivalente al billón para nosotros.

Esto se ha convertido en un problema de lenguaje, ya que no todos son conscientes a esta confusión y cuando escuchamos a los locutores, presentadores de noticias y expertos en finanzas referirse a un billón, no sabemos si lo están utilizando correctamente como un millón de millones o como la traducción rápida a mil millones. Creo que si he escuchado el término millardo en más de cinco veces son muchas.

No me extraña la flojera mental de quienes lo ven como un recurso común, la gran mayoría lo hace por ignorancia. Quienes en su momento montaron una cruzada por el buen uso del billón seguramente han sido avasallados por la gran cantidad de correcciones que habría que hacer. Lo mismo ha sucedido con otros términos como la palabra bizarro, que en español significa valiente, generoso, lucido o espléndido, pero que la gente la utiliza como traducción del término en inglés bizarre, se refiere a algo raro, fuera de lo normal o fantástico.

La pregunta es: ¿es más fácil sucumbir ante la ignorancia de la mayoría y dejar que billón se asocie con billion o defender el idioma que aduce a un sentido más exacto y lógico? Creo son de esos momentos donde las academias de las lenguas tienen una responsabilidad y algo que decir, pero solo espero que sea antes de alguien que pague un billón y reciba un billion.

Diseñador gráfico con maestría en diseño editorial por la Universidad Anáhuac y con cursos de Publishing en Stanford. Actualmente dirige MBA Estudio de Diseño, dedicado al diseño editorial, identidad y publicitario, además de realizar scounting y contratación de talento de diseño para diferentes empresas. Es profesor en la Universidad Anáhuac y la UVM. Le gusta la caligrafía, tipografía, la música y la tecnología.