Para subir el nivel de intensidad de las ya populares selfies, el artista neoyorquino Ted Lawson, diseñó un autoretrato que cualquier vampiro desearía, ya que lo creó con sangre fresca que salía directamente de su cuerpo.
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Lawson pintó su autorretrato de una manera nada tradicional al hacer uso de su pira sangre. El retrato muestra la figura del artista al desnudo y de cuerpo completo en una posición recta.
El método empleado para realizar esta “selfie” color rojo intenso, fue posible gracias a la programación de una impresora conectada a sus venas en conjunto con un robot o máquina.
La pueda fue titulada “Ghost in the Machine” y es de tamaña natural. La estructura para dar forma a la pintura fue a través de un código con miles de líneas dirigido por una máquina CNC.
La tinta, en este caso sangre, salía directamente del brazo del artista, quien pasó largas horas paseando por un salón para no estropear la obra.
El trabajo del artista se mezcla entre la programación de computadoras y las bellas artes, explora lo humano y lo mecánico.
Resultado final:
