Las marcas con logos minimalistas están en aumento y poco a poco las empresas están transformando su imagen a algo más sencillo -que no es lo mismo que simple- que les permita lucir en plataformas digitales. Los emblemas con muchos detalles y elementos quedaron atrás, la época de los 90s los trajo y los 10s se los llevará.
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El diseño minimalista proviene de las corrientes artísticas y en cierta manera de la famosa frase de Mies Van Der Rohe “menos es más” la cual tiene como objetivo mostrar a la disciplina es su forma más básica, eliminando los elementos y ornamentos pesados para la vista, lo que genera que el contenido (y significado) sea el que sobresalga.
Las marcas con logos minimalistas se ahorran ruido visual, agregan reconocimiento y memorabildad e incluso reducen costos, puesto que la imagen corporativa funciona con menos elementos en juego, pero ¿por qué se está tomando dicha decisión?
Principalmente hay dos razones para que las empresas se sumen a esta tendencia, la primera tiene que ver con marcas tecnológicas como Apple, Amazon o Windows que son las más populares y reconocidas en los últimos años, por lo que otras compañías creen que al imitar ese comportamiento se merecerán la misma fama.
La segunda tiene que ver con la brecha digital que se está viviendo en la actualidad, en la que es necesario que los logotipos y nombres de las marcas quepan en pequeños espacios, además de ser legible y reconocible para todos los usuarios (tanto en los productos en sí como para las pantallas pequeñas de los dispositivos móviles).
Los smartphones, tablets y smartwatches se convirtieron en una plataforma en la que las personas consumen contenido, por lo que los logotipos deben ser percibidos sin un esfuerzo visual que dañe la vista.
Aunque es común que las compañías sean reacias a renovar sus logotipos, la tendencia minimalista las anima e impulsa a hacer dicha transformación, pero es importante reconocer el momento adecuado para hacerlo, y por supuesto, el producto final a presentar.
Uno de los principales errores al crear un logo minimalista es recortar demasiados elementos (como color, emblemas o palabras); lo que generaría una perdida de identidad que los consumidores interpretarían como “una traición” hacia la marca y la relación con sus clientes.
Acortar el nombre es uno de los ejemplos más obvios refiriéndonos al punto anterior, si los consumidores no han dado ese “paso” de confianza, no hay razón para eliminar parte del nombre. Caso contrario a si son éstos mismos los que omiten alguna parte, en ese caso el rebranding es más que obvio y solicitado.
Las principales características de un logo minimalista son: el diseño lineal; las tipografías rectas, gruesas, marcadas y fáciles de leer; la eliminación de degradados; la renovación de la paleta de colores, optando por sólo un tono principal y la adaptación de éste hacia plataformas con colores contrastantes (logotipo en negativo).
Así que ya sabes por qué todas las marcas se están cambiando. Cuéntanos en los comentarios que te parece ésta decisión?
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