El lettering es considerado como un arte de dibujar letras a mano, que crece día con día. Es una técnica que existe desde los inicios mismos de la escritura.
El lettering cada vez es más utilizado como un soporte comunicacional para dotar de expresividad un mensaje. Es común verlo en pizarrones de restaurantes, invitaciones a eventos, murales de alto impacto, entre otros.
Cualquier persona puede hacer lettering: “Lo único que se necesita es un lápiz, una hoja y mucha motivación para perseverar, cariño y paciencia con uno mismo, y sobre todo de práctica para adquirir nuevas destrezas y un estilo propio.
Las diversas técnicas de lettering, que con sus distintas opciones, permiten variar los grosores de los trazos.
Para que conozcas o recuerdes las diferencias entre tipografía, lettering y caligrafía, se enumeran y explican nuevamente a continuación… toma nota.
Caligrafía
Método en el cual la escritura se realiza a mano y en el que cada parte significativa de la letra está construido mediante un solo trazo. Mancha (grafismo) y vacío (contragrafismo) se generan en una misma acción. Digitalmente puede hacerse también a través de sistemas informacionales, pero se conserva esa cualidad de ser único cada trazo.
Lettering
En este método método de escritura cada parte significativa de la letra está construida mediante varios trazos. Se puede dibujar de manera analógica y digital, con lo que dos letras pueden ser iguales (copiando y pegando, por ejemplo). El autor de la letra es el mismo que escribe. Suele usarse para textos cortos, logotipos, monogramas y frases.
Tipografía
El creador de la letra no es el mismo que escribe; la importancia se encuentra en el control del espacio, que es lo único que puede cambiar el que compone (espacio entre letras, palabras, líneas, sangrías, tabulaciones, márgenes, corondeles, etc.). Se puede decir que tipografía es lettering sistematizado, listo para que los demás lo usen, cada caracter se repite exactamente con la misma forma una y otra vez, aunque hay fórmulas para simular el aspecto caligráfico.
Fuente: Faber Castell