El diseño de jardines se considera algo externo, literalmente, a la remodelación, pero éste también forma parte indispensable del arreglo adecuado. En este texto Gilles Clément se aleja de forma radical del discurso basado en el orden visual y el control que ejerce el hombre sobre la vegetación, así que aporta una reflexión sobre el paisaje y los jardines.
La principal primicia que dicta este ensayo es el hecho de que el paisaje, y los jardines, no se pueden controlar o permanecer estáticos, si no al contrario, son lugares en que la naturaleza sigue su camino y se dirige en un “autodiseño”. Por lo que las plantas deben sembrarse de manera espontánea y desarrollarse libremente.
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Este libro “libera” la responsabilidad del experto en jardinería de estructurar el diseño de las plantas en un orden o forma. Sólo con conocer el comportamiento de las especies es suficiente para saber donde plantarlas y dejar que la naturaleza realice el diseño de manera “dinámica”.
