El estudio y la reflexión acerca del diseño se ha desarrollado desde la óptica tradicional pero estos métodos no le otorgan  el papel protagónico que juega en la sociedad ni considera un cruce de disciplinas  fundamental para abordar el estudio de la creatrividad visual.

Por ello, Guy Julier propone la Cultura del Diseño como una disciplina  centrada en el estudio de las relaciones entre los objetos de diseño, los diseñadores, la producción (incluyendo el márketing, la publicidad y la comercialización) y, finalmente, el consumo. Un planteamiento transdisciplinario que no sólo pretende elevar el diseño a objeto de estudio en sí mismo, sino que pretende reflexionar en torno a él de manera poliédrica y compleja, de acuerdo con el papel que juega en nuestra sociedad.

Organizado en diez capítulos, el libro explica la acuñación de la Cultura del Diseño como objeto de estudio para, a continuación, introducir las claves de los diferentes subcampos que se vinculan a esta nueva disciplina: el proceso de producción, la profesión de diseñador, el consumo de diseño y, por supuesto, el producto diseñado. Este último aspecto se desarrolla a lo largo de los cinco capítulos finales, donde se incide, además de sobre los bienes de consumo, sobre otros tipos de productos de diseño que van más allá de lo material: el branding de lugares —con el ejemplo paradigmático de Barcelona como caso práctico—, el branding del ocio, los dispositivos electrónicos y el ciberespacio, y, finalmente, la comunicación.

Con un enfoque riguroso y divulgativo, repleto de ejemplos y casos prácticos que van desde los clásicos del diseño, el aspirador doméstico y el souvenir hasta llegar al iPod y el branding de lugares, Julier legitima académica y culturalmente una disciplina que ya se ha ganado la mayoría de edad.