Seguramente hemos escuchado decir o presenciar en tu propia empresa que el servicio de los diseñadores no van más allá de un simple logotipo/tipografía/colores que a final de cuentas sólo hacen que la imagen se vea bonita, nunca ven la parte redituable y terminan asociando al diseño como un gasto innecesario.

Ahora bien, si este es tu caso, el problema no es de los diseñadores en su mayoría, muchas veces es un problema de estrategia empresarial.
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Así como existe tenemos un objetivo y estrategias, conjuntas con la misión y visión de objetivos para mercadotecnia, contabilidad y ventas, se debe incluir el de diseño, gráfico específicamente, analizando qué mejoras te puede traer integrarlo.

De esta manera se sigue una línea de comunicación gráfica definida por la línea global de la empresa.

La mayoría de las veces podemos pensar que el diseño es inconsistente, pero pensémoslo así, ¿cómo sería la estrategia de marketing, por ejemplo, si cada proyecto fuera hecho sin pensar en una línea global planeada? obviamente, todos los esfuerzos serían elaborados al aire y sin ningún resultado, una investigación de mercados que no va conectada con al esfuerzo de una campaña de comunicación integral.

Es el mismo efecto en el diseño; un logotipo y un catálogo empresarial, cada uno con su objetivo y aislados uno de otro, el resultado será poco rentable.

Hay dos definiciones muy importantes que hay que tomar en cuenta, diferenciación y segmentación, la industria del diseño se centra en “enamorar” de alguna manera al consumidor final de los productos en el anaquel, sus colores, gráficos y materiales de empaque, esto puede ser posible si los esfuerzos de la línea gráfica van de la mando entre sí, y mejor aún, con los de todas las áreas, resultando una esencia consistente en la marca.