Hace años un cliente nos mandó llamar muy molesto. Habíamos realizado el diseño de un logotipo para su marca de muebles. Ya frente a él, hizo una búsqueda rápida y nos volteó su laptop para mostrarnos el diseño de una mueblería muy parecido al que nosotros habíamos propuesto. Nos quedamos fríos, por un momento ves tu reputación venirse abajo, especialmente porque uno de nuestros valores como estudio de diseño es la honestidad. Tras una de las pausas más incómodas que jamás hayamos experimentado, hicimos una investigación rápida y llegamos a la conclusión que nuestro logo era anterior al de la competencia. Aún así, esa sensación de tambaleo en nuestra credibilidad tardó mucho en sanar, tanto que aún recuerdo ese episodio como uno de los más incómodos en toda mi carrera.

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Aunque este tema de los logos plagiados no es nuevo, se ha acrecentado con internet, donde tenemos acceso a prácticamente todos los logos que se han diseñado sobre la tierra. De aquí viene la pregunta: ¿Cuando los logos se parecen, es precisamente un plagio? Para justificar un poco mi respuesta quisiera poner un ejemplo:

En la década de los noventa salió una biografía sobre el cuarteto de Liverpool, The Beatles, y sobre uno de los episodios específicos le preguntaron a Paul McCartney sobre la veracidad de ellos, a lo que respondió: «Si te soy sincero, la verdad no recuerdo si es verdad o mentira, hay veces que platicamos sobre hechos específicos entre nosotros y todos tenemos versiones distintas, es imposible saber cuál es la verdadera», y es que en este juego de hacer memoria, podemos resultar engañados nosotros mismos.

En sí, el juego de las combinaciones en el diseño es tan limitado como en la música, donde todas las canciones del mundo están compuestas con solo siete notas, de tal forma que es imposible no encontrar relaciones entre ellas.

Regresando al tema de los plagios, como diseñadores es sumamente difícil encontrar formas y figuras que a nadie se le haya ocurrido antes, incluso, muchas veces podríamos creer estar teniendo ideas originales, sin saber que las hemos visto antes o que alguien más ya las hizo en otra parte del planeta.

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Recientemente hemos oído hablar de diseños muy parecidos, como el de los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020 contra una ópera europea o del Tecnológico de Monterrey contra otras universidades norteamericanas. ¿Cómo podemos saber si se trata de plagios o mera casualidad? Supongo que no existe una regla tan clara y cada caso debe juzgarse por separado, pero podemos tomar en cuenta ciertas pistas que nos pueden ayudar para evitar caer en este tema y ser acusados injustamente:

1. Identifica tu estilo

Hoy en día todos vivimos de nuestra credibilidad y estilo de diseño. Cuando pienses que un diseñador plagió un logo, revisa su portafolio, todos tenemos un estilo característico del cual es casi imposible huir, es curioso ver los saltos de estilo que a veces no encajan o por el contrario, que empatan perfectamente con el estilo del diseñador.

2. Mientras más sencillo, más plagiable

Sabemos que un logo debe buscar la simplicidad, ya que mientras más básico tendrá una mejor recordación entre los consumidores. Sin embargo, también está más cerca de parecerse a los demás. ¿Cuántos logos puedes identificar con cuadrados, círculos o triángulos?

3. Contexto

Existen muchos logos muy parecidos, pero que rara vez relacionamos porque se encuentran en contextos diferentes. No solo países, sino tiempos, culturas e industrias. Regresamos al ejemplo de la música, muchas canciones que tienen la misma combinación de notas suenan diferente porque tienen ritmos, instrumentos y estilos distintos.

4. Haz investigación y experimentación

Siempre, cuando vas a diseñar cualquier cosa, antes del proceso de bocetaje, debes preocuparte por hacer una investigación seria sobre la industria o giro del logo que diseñarás. Si te quedas con la primera idea que te venga a la cabeza, seguramente será un cliché, un lugar común. Mientras más experimentes, más opciones encontrarás, mientras más investigues, sabrás la complejidad del proyecto al que te enfrentas.

5. Toma en cuenta su exposición y registro

Mientras más relevancia tenga el logo, será más sensible al escrutinio social. Nadie pone en duda el logo que haces para la cena de fin de año de una empresa porque tendrá un impacto muy reducido, pero si estás diseñando una imagen mucho más comercial, antes de presentarte con el cliente busca similitudes con otros logos. Asegúrate de registrarlos una vez que estén en la fase final, eso te evitará muchos problemas.

Antes muchos de estos pasos no eran necesarios, hoy es imprescindible, con base en nuevas tecnologías, encontrar soluciones y metodologías empatadas a nuestra forma moderna de diseñar.

Design Lifer
Diseñador gráfico con maestría en diseño editorial por la Universidad Anáhuac y con cursos de Publishing en Stanford. Actualmente dirige MBA Estudio de Diseño, dedicado al diseño editorial, identidad y publicitario, además de realizar scounting y contratación de talento de diseño para diferentes empresas. Es profesor en la Universidad Anáhuac y la UVM. Le gusta la caligrafía, tipografía, la música y la tecnología.