Recientemente diferentes marcas presentaron re-diseños en sus imágenes de identidad, desde compañías como Paypal, así como la marca de tés Lipton y el ligero cambio en el logo de Google, un ajuste después de haberse re-diseñado después de ocho meses. Pero, ¿qué hace a todo diseño ser amado u odiado después de un re-diseño?
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Otra marca reciente que cambió su logo durante este año, fue la marca de ropa deportiva Reebook, la cual dejó atrás su icónica figura de líneas que formaban una “x” entre rayos y destellos, para dar la bienvenida al símbolo “delta“, pero se conservó la misma tipografía para no dar el cambio de forma radical.
Pero, ¿qué dedico este gran cambio en una marca de talla internacional? El hecho fue que la marca busca centrar sus enfuerzos y su línea de ropa en un mercado en especifico, en estee caso los amantes del crossfit, a demás de transmitir una imagen mucho más moderna y actual.
Un cambio puede significar todo para una marca, puede ser el inicio de nuevos triunfos o la caída total destinada al fracaso. El rediseño de un logotipo nace en principio con el objetivo de transmitir un determinado mensaje al consumidor. Lo que sucede es que en ocasiones el consumidor no quiere escuchar ese mensaje. En 2010 Gap decidió estrenar nuevo logo y provocó tal enfado en sus clientes que finalmente se vio obligada a recular y volver a su antiguo logotipo.
Pero, ¿qué es lo que hace a un diseño ser amado u odiado? ¿Cómo es posible que, apoyándose en decenas de expertos en branding, el público reciba tan mal los cambios en los logos de algunas marcas? Según los expertos, los siguientes factores determinan la aceptación o rechazo del mercado:
01. Las palabras
Cada vez más, cuando una marca decide que es la hora de que su logo pase por cambio, lo hace a costa de eliminar su lema e incluso su nombre del logotipo. Es el caso de Federal Express que es FedEx desde 1994 o de J.C. Penney que desde el año pasado es simplemente JCP. “Los humanos piensan de manera visual”, apunta Tom Peters en el libro The Brand You. “Una imagen vale realmente más que mil palabras. Por eso las grandes marcas, Nike, Apple o Shell, por ejemplo, apuestan por las imágenes fuertes y sencillas para conectar con el consumidor”, añade Peter. Cuando una compañía elimina palabras de su logotipo, lo hace generalmente para ampliar el alcance de su propia marca. Starbucks decidió hace unos años eliminar la palabra “coffee” de su logotipo para no estar vinculada única y exclusivamente a la venta de café.
02. La tipografía
Las marcas más tradicionales siguen apostando por utilizar tipografías con serifas o remates en sus logos. Las serifas transmiten una sensación de precisión y formalidad. De todos modos, esta tendencia, como muchas otras, está evolucionando. Hace unos años, las fuentes en cursiva estaban muy de moda, pero hoy están ya tan anticuadas como las tipografía de tipo gótico. Los logotipos de marcas como Microsoft y Pepsi ilustran esta tendencia. Algunos expertos aseguran asimismo que detrás de la nueva moda de logos con tipografías sin remates está la todo poderosa Apple y el caso de otras marcas por imitarla.
03. Las formas
No es sólo que las fuentes se estén haciendo más redondas, sino también los logos en sí mismos. La apuesta por la redondez en las formas de los logos tiene que ver también con el creciente influjo de Apple, que enarbola como nadie la bandera de la sencillez y la simplicidad. Puesto que el universo publicitario es cada vez más “ruidoso”, es bueno que los logos tiendan cada vez más a la quietud y la simplicidad.
04. El color
Los colores primarios son los que con más frecuencia se utilizan en los logotipos, señala Michael Walsh, profesor asociado de marketing de la Universidad de West Virginia. “Como consumidores, procesamos de esta manera los estímulos más fácilmente”, dice. “Si una marca está intentando simplemente encajar, debería apostar por el rojo o el azul”, indica Karl Heiselman, CEO de la empresas de consultoría Wolff Olins. “Si está intentado destacar del resto, quizás debería apostar por el magenta o el naranja”, añade. En este sentido, cuando una marca decide remozar su logo y renunciar a determinados colores asociados a ella, corre en realidad un gran riesgo.