México, D. F.- Si bien la naturaleza del diseñador debe contar en cierta manera con un toque artístico, el profesional gráfico de la actualidad está obligado actualmente a contar con una serie de aptitudes que le ayuden a hacerse de un lugar dentro de la dinámica profesional actual, elementos que desafortunadamente, no imparten en las aulas.
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1. Diseñador por fuera, desarrollador por dentro
El mundo digital actualmente es, en buena medida, propiedad de los desarrolladores, esos seres raros que dominan lenguajes de programación y que viven detrás de sus computadores armando diagramas de flujo para implementar la navegación de un producto digital, ya sea una página web, una app, un perfil de social media, etc. Tan es así que los desarrolladores han en cierto modo, ‘invadido’ el área de trabajo de los diseñadores, donde varios se aventuran en el dominio de herramientas gráficas. Para los diseñadores es imperativo entrar en este terreno, de modo que sean capaces de generar productos digitales de la A a la Z, desde la implementación de un diseño, hasta su implementación online o mobile.
2. Capacidad de integración
Visto lo anterior, el diseñador tiene que poseer el talento para dominar la ‘orquesta completa’, de modo que tanto si cuenta con un despacho de diseño o encabeza una área dentro de una agencia, tenga los conocimientos necesarios para asignar el trabajo a cada una de las áreas para gestionar el trabajo, desde la parte mercadológica para entender los lineamientos estratégicos de su cliente, la parte tecnológica (si va a diseñar una app o un desarrollo web), la administrativa para cotizar su trabajo, motivar a su equipo para capitalizar sus fortalezas y atacar sus debilidades; y obviamente la gráfica. Sólo aquellos diseñadores que entienden la ecuación completa son los que dan los pasos hacia posiciones directivas altas.
3. Devorador de tendencias
Como en muchas disciplinas que requieren especialización continua, el diseñador debe poseer ya no digamos el hábito –en estos momentos es mucho pedir– sino el talento del gusto por la lectura. Aquel que no esté dispuesto a invertir horas de su tiempo y parte de su presupuesto personal en adquirir libros sobre tendencias, cursos de especialización, seminarios y webinars que le acerquen a los conocimientos más recientes de su especialidad tarde o temprano quedará fuera de la jugada. La innovación y la creatividad separa a los grandes diseñadores de los comunes, y esto no se logra sólo con inspiración, sino con transpiración.
4. Negociador
Este punto está muy relacionado con el número dos de estos apartados. Un buen director de orquesta no debe sólo delegar sino que tampoco puede pelearse con los músicos. Si bien en muchas ocasiones las decisiones suelen venir de manera vertical, la horizontalidad en la toma de acciones crea equipos más robustos y consolidados. Un gran diseñador analiza con su impresor una mala entrega, no se pelea con él. Un gran diseñador no habla pestes de su cliente por no explicarle bien lo que quiere, sino que le pide una copia del brief que se le dio al área de mercadotecnia. Un gran diseñador, analiza si necesitas más “manos” para llevar a cabo un proyecto de una marca, y no se quiere comer el pastel él solo. Un gran diseñador, es un gran negociador.
¿Y a ti, qué te falta?