Para Manuel Cañibe, diseñador gráfico que se adentró en los caminos de la cinematografía desde hace muchos años, el mundo de los cineastas debería estar mucho más cercano al de los diseñadores gráficos.

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Egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), este realizador primero concluyó la licenciatura de diseño gráfico en la Universidad Iberoamericana. Su ópera prima es el documental El silencio de la princesa, proyecto que le tomó cinco años concluir y que presentó en las más reciente edición del Festival Internacional de Cine de Morelia.

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“A los diseñadores les hace falta abrirse al mundo del cine y a los cineastas abrirse al diseño porque hay un lenguaje o territorio que ambas disciplinas tienen en común y que además les resulta enriquecedor. Yo mismo he venido desarrollando muchas ideas que relacionan ambas disciplinas”.

El dominio que los diseñadores gráficos tienen de las distintas técnicas visuales y su manipulación de tecnologías informacionales representa, a decir de Cañibe, una gran veta de exploración para los realizadores cinematográficos, quienes necesitan acercarse más estas disciplinas para darse cuenta de que no todo es el cine de gran formato y las posibilidades discursivas se potencian:

“Los cineastas deben entender que la cinematografía se puede verter en otros medios y plataformas, especialmente la computadora, ahí se crean lenguajes híbridos muy interesantes que están en gestación los cuales un diseñador encuentra en un territorio familiar. Hablo de técnicas de interactividad o formas nuevas como el docuweb y otras maneras innovadoras de emitir un discurso audiovisual”.

En la visión de Cañibe, el florecimiento del cine mexicano es una realidad y prueba de ello es el aumento de producciones que cada vez tienen mayor calidad; este crecimiento ha impulsado también la realización de documentales, los cuales han crecido también en calidad y han sofisticado su lenguaje. “Este crecimiento ha dado pie a que surjan festivales que promueven este tipo de cine, como Ambulante o DocsDF.

“Sin embargo —agrega—, todavía hay que batallar mucho con las distribuidoras que colocan en salas cinematográficas las grandes producciones y dejan muy poco espacio para las realizaciones nacionales. Por ejemplo, el documental El silencio de la princesa, que presentamos en Morelia a fines del año pasado, no se ha estrenado en los cines del Distrito Federal”.

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El Silencio de la Princesa, documental de Cañibe que aborda la vida de la actriz Diana Mariscal

 

En cambio, la película sí será presentada en la próxima edición del Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias, Colombia, la fiesta cinematográfica más longeva de América Latina que se celebrará en marzo próximo. “La idea es promover esta producción y tratar de darle empuje para que este año pueda proyectarse en México y en donde sea posible”, concluyó este creador cinematográfico no sin antes adelantarnos que su próxima producción abordará algún tema de ficción.