Islandia es conocido, además por Bjork, no solo por sus amplios paisajes naturales y géiseres, sino también por su arquitectura única y uniforme que conforma la cultura de su sociedad, por lo que toda franquicia o cadena de restaurantes que llegue, se tiene que adaptar al diseño general de la región.
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Muchos edificios repartidos por todo este país insular tienen una apariencia audaz y masiva que refleja el carácter tosco y poco acogedor de la tierra, así como el gran afecto hacia la naturaleza, que es por esencia muy común para el Norte.
La arquitectura islandesa se basa en estructuras simples y pesadas que ponen a la función antes que la forma y la renuncia a cualquier tipo de ornamentación. El diseño es básicamente uniforme e incluso compañías extranjeras como Kentucky Fried Chicken debe romper con sus tradiciones estandarizados y tomar el examen de ubicación y entorno. Su restaurante en Keflavik construido por PK Arkitektar es muy diferente de los lugares de comida rápida que generalmente se conocen en todo el mundo.
Desde el exterior, es un edificio maravillosamente simple que consta de tres cajas. La parte más grande horizontal alberga el comedor principal, mientras que en dos cajas verticales están situadas las ventanas de servicio a través de autos.
El exterior está cubierto de azulejos negro mate que crean una superficie casi perfectamente lisa, que sólo en algunos lugares es interrumpido por cintas estrechas con ventanas. El extremo oeste del edificio se diferencia del resto ya que cuenta con una gran superficie acristalada que permite que el sol penetre el interior, por lo que ofrece a los visitantes una vista impresionante sobre el mar .
Hablando del interior, es mínimo como el exterior. Construido como la mayor parte de concreto y carente de decoración, la zona está llena de acentos finos y texturas. Muebles de marca y vallas publicitarias que puedes encontrar en cualquier restaurante de KFC, pero no distraen la atención del diseño general extraordinario y muy funcional.
