Al gobierno mexicano le han surgido numerosas veces conflictos que se reflejan  en críticas severas, sea por alguna política controvertida, por algún asunto de seguridad nacional o por los dichos y hechos que han dejado mal parados al presidente Enrique Peña Nieto y a su gabinete. Un nuevo conflicto involucra en esta ocasión a la arquitectura, la ingeniería y al diseño de caminos.

Y es que el país siguió minuto a minuto la triste búsqueda de un vehículo con dos personas que cayeron en un socavón que se abrió en medio de la autopista que conecta a la Ciudad de México con Acapulco,  justo en las inmediaciones  de Cuernavaca,  ciudad cercana a la capital del país.

Los ocupantes del vehículo murieron porque cayeron más de 5 metros y fueron sepultados por un alud de piedras, pedazos de concreto y tierra. Las autoridades dijeron en un principio que el problema se debió al mal estado del drenaje y las intensas lluvias,  pero la indignación se generalizó porque se trata de una obra que llevaba ¡apenas tres meses de inaugurada!

Cuando fue puesta en funcionamiento, se aseguró que la duración útil de esta obra sería de al menos 40 años , por lo que la autoridad comenzará a averiguar si existe alguna responsabilidad por parte de la empresa que se encargó de diseñar esta obra, Grupo Aldesa.

Esta acción recuerda otras situaciones en las que malas construcciones provocan accidentes y desastres como este. Se puede mencionar, por ejemplo, el derrumbe, durante los sismos de 1985, de edificios oficiales y unidades habitacionales construidas por el gobierno a mediados del siglo XX. O hace algunos años, el cierre temporal de la costosa Línea 12 del Metro de la Ciudad de México por errores de ingeniería que ponían en riesgo la seguridad de los pasajeros.

Por lo pronto, el gobierno de México  se ve nuevamente involucrado con un escándalo que en este caso cobró nuevamente vidas, en esta ocasión por causa de un probable diseño deficiente y una mala construcción de la carretera… ya se verá si, como en otros escándalos protagonizados por las autoridades mexicanas, las causas apuntan nuevamente hacia la corrupción.

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