Para nadie es un secreto que McDonald´s atraviesa por épocas difíciles desde hace algunos años, desde problemas laborales asociados a los bajos salarios que paga a sus empleados, hasta las fuertes críticas al poco aporte nutricional de sus menús y la interminable cantidad de videos de YouTube en los que se demuestra que se pudre primero una pirámide de Egipto que una Big Mac.

Sin embargo, uno de los retos más grandes que enfrenta la marca es que en muchos sentidos, más allá de sus productos, políticas laborales o prácticas comerciales, simplemente para gran cantidad de consumidores es un concepto anacrónico, perteneciente a una época de excesos e irresponsabilidad que habla de un estilo de vida pasado de moda. Para muchos comer sus productos está tan mal visto como fumar en un kínder o hacerse una selfie en un funeral.

Quizás el segmento que más resiente de la marca es el de los llamados y tan perseguidos por estos días, millenials. Para ellos es mucho más atractiva la idea de comer en un lugar como chipotle o incluso pagar más por una experiencia artesanal, que ser vistos como clientes de una corporación global. Consientes de esto, McDonald´s, ha venido implementando cambios en su publicidad, la imagen de algunos de sus restaurantes, sus menús y ahora finalmente en su packing, la nueva propuesta de la multinacional es un fiel reflejo de lo que marcó tendencia en 2015:

– RAW Packing, haciendo uso de bolsas de papel sin blanquear, con texturas no pulidas y colores sólidos.
– Fuentes sólidas, limpias y claras, un enfoque minimalista de gran tamaño y fácil lectura.
– Una escala de color de máximos dos o tres tonos.
– Por último, una propuesta de diseño “Walking Brand” que invita a que las bolsas sean llevadas con orgullo como pieza de diseño, es el mismo enfoque de las populares “big brown bag”

Esta propuesta se comenzó a trabajar en las oficinas de la marca en Londres desde principios del 2015, a través de un ejercicio conjunto en el que 15 agencias de todo el mundo se reunieron para llegar un concepto base que sería luego pulido por la gente de Boxer Brand Desing, el resultado una propuesta minimalista, sobria, que hace énfasis en el diseño y en la presentación de los productos como piezas culturales y ¿por qué no?, artesanales.
¿Ustedes qué piensan de este giro, buena estrategia o simplemente un acto cosmético que oculta un problema de fondo?

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Administrador de Empresas con un Máster en Creatividad e Innovación y egresado de Singularity University. Firme creyente que si con una palanca se puede mover el mundo con una buena idea se le puede hacer volar. Fotógrafo de fin de semana, astrónomo de toda la vida. Apasionado por el diseño y las ideas que nos cambian el pulso. Actualmente miembro fundador de Eurecca, Creatividad, Ciencia y Estrategia