Las empresas comenzaban a desempeñar estrategias para generar mayor producción, mayores ventas; y mas y mejores clientes. La posguerra, situación difícil. La obsolescencia programada era una solución, aparentemente. Se requería flujo de efectivo, empleos. Entendible. Lo que no es entendible es el engaño, una vez más al consumidor. Comprar un producto que dure muy poco.

Notas relacionadas
La muerte de la Catrina
Storm Thorgerson. El lado oscuro del diseño
Padecimiento del listón rosa

Vayamos a una anécdota que pudo haber pasado a cualquier ser humano de aquella época. Una pareja recién casada se acercaba a una tienda para comprar ventanas. La razón de la pareja era evitar que el aire se colara hacia el hogar. Al comprar la casa, las ventanas eran pequeñas. Entre pared y ventana existía una cornisa donde fluía el viento. Uno de los vendedores de la tienda, amablemente le sugiera a la pareja en comprar unas ventanas ideales para la problemática. La pareja agradecida, manda a instalarlas.

¿Cuál es la falla de este escenario? El vendedor nunca entendió el problema de la pareja. Ellos tenían muy claro lo que querían y el vendedor los atendió como se debe de atender al consumidor. La falla sigue existiendo, ya que no era necesario comprar ventanas a toda la casa, sino un sellador para evitar que el aire pasara hacia la cálida y cómoda casa.

A esto se le llama Miopía Marketing o Marketing de Miopía. Se define en tener visión del deseo de compra del consumidor, pero también la falta de visión por parte del proveedor. El consumidor entiende el problema, eso no significa que deba de entender lo que se quiere comprar. Si el vendedor hubiera comprendido la situación, la pareja no hubiera gastado en ventanas. Esto es un descuido de capacitación y de servicio al cliente. Marketing de Miopía es una herramienta más de generación de valores de experiencia de marca, producto, servicio, o de empresa.

El marketing y publicidad son herramientas de consumo. Dónde las organizaciones, empresas, productos y servicios aprovechan para comunicar lo que está sucediendo con ellas. La mayoría de esa comunicación son incrédulas. Muy pocas marcas optan por una comunicación atinada y puntual. Se sigue creyendo que la mejor inversión para comunicar una marca son los medios masivos. Peor aún, es caprichosa la idea que se genera al pensar que se provoca valor en una inversión demasiada cara, difícil de medir y demasiado masiva. No puedes comunicar masivamente cuando la marca no va a toda una masa. Va a un nicho, un segmento del mercado. Una segmentación, un porcentaje del total.

Estamos cansados de la saturación visual y auditiva. Es el pan de todos los días. Las marcas lo único que hacen es estresarnos por tanta publicidad. En la televisión se ve cada vez menos, ya no se generan los ratings de hace diez años. Es difícil dejar los anuncios y prestar atención. Lo mismo pasa en revistas, periódicos y la radio. Entre menos espacios publicitarios o spots tenga un contenido mucho mejor para el lector o el radioescucha. Es malo para la publicidad, pero lo malo hay que verlo como una oportunidad y seguir generando valor de experiencia de marca.

El olfato ayuda a la retención hasta un 34%. Lo visual apenas un 2%. Vamos, se sigue pautando en lo visual y auditivo. No entiendo el porque, si no se tiene tanta retención. Una publicidad multisensorial es más que una comunicación, va más allá de retención de olores. Es una experiencia.

Karl Reich
Fui concebido en 1981, nacido a principios de 1982. Soy de una generación que al nacer no existía el internet, pero si Siempre en Domingo. No era bizarro pedir ‘aventón’ y eso que soy de Chihuahua. Me apasiona el arte de aprender y desaprender paradigmas y romperlas. Busco inspiración en lo sensible de la naturaleza y lo sorprendente de lograr lo imposible en posible. Soy fan de la flexibilidad de la adaptación en mi vocación y persona. Adoro el buscar un espacio y en cualquier oportunidad colocar sobre la espalda una mochila e irme para buscar esa inspiración.