La egolatría es un factor capaz de paralizar la creatividad de las personas al punto de hacerlas improductivas, si bien es cierto que es importante poseer seguridad propia y la confianza de que lo que se hace posee calidad, lo cierto es que esta autoconfianza debe partir de conocimientos profundos acerca de la propia profesión no por la arrogancia ni por la creencia de que las demás personas inferiores en sus capacidades

Toma nota de las siguientes cinco recomendaciones para mantener tu ego a raya, permitir que la creatividad visual fluya y exista armonía con tus colegas, clientes y las demás personas con las que te involucras de manera profesional.

1.- No quieras ser el centro de atención
No tienes por qué ser el ejemplo para todo ni la persona que deba tener siempre la respuesta o la mejor solución a los retos. No te desgastes emocionalmente por lograr la aprobación del resto del equipo y mejor concéntrate en impulsar tu creatividad.

2.- No vivas a la defensiva
El trabajo siempre puede generar diferencias con las demás personas, pero nunca las generes tú no tus actitudes. Acepta las críticas y aprende a distinguir cuando los comentarios adversos a tu labor son de buena lid. Dirígete hacia los demás con respeto siempre.

3.- Si no ayudas, no critiques
No descalifiques el trabajo de los demás cuando este posee áreas de oportunidad, por el contrario, ofrece tu apoyo y experiencia, siempre con respeto y sin mofa de los errores.

4.- Céntrate en avanzar en tu propio trabajo
Si el ego te llega a cegar es probable que pierdas demasiado tiempo en sus diferentes actitudes y no en tu propio trabajo. Deja de lado la auto admiración y céntrate en obtener los resultados esperados de tu labor y dar ese plus que te ha colocado en un buen lugar.

5.- Admite que puedes equivocarte
No niegues que los demás pueden ser más brillantes y creativos que tú, respeta su trabajo y admite que también puedes equivocarte y que lo que haces puede no gustarle a los demás, eres humano, no una máquina.