Investigadores japoneses crearon dos prototipos de un reloj con una precisión tan amplia que apenas se desajusta un segundo cada 16 mil millones de años… para cuando esto ocurra, la Tierra seguramente ya no existirá.
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Aunque no tiene cualidades estéticas, estos prototipos denominados “criogénicos de redes ópticas” son mucho más precisos que el reloj atómico de cesio que se utiliza para medir la duración de un segundo dado que este aparato se desajusta cada 30 millones de años frente a los 16 mil millones que tardará este nuevo prototipo en equivocarse.
El equipo es tan delicado que requiere funcionar a temperaturas de menos 180 grados centígrados, esto con la finalidad de reducir las ondas electromagnéticas alrededor del aparato.
Se prevé que la utilidad de este invento se aplique en sistemas de localización GPS.
