Agarren una hoja y un lápiz. Empiezan a dibujar lo que ustedes quieran. Algo de fantasía. Algo real, que te rodea, que soñaste; una o varias utopías. También puede ser una. Si ya lo tienes en tu mente comienza a dibujarlo. No te preocupes en que tan bien o mal va a quedar. Usa el fondo que desees. Deja que lo estético de tu diseño sea de un solo color. La imaginación tenga el color, más no el papel.

Entre espacio y espacio define que figura puedes ver. ¿Ya le viste forma? Logra una secuencia rellenando y dando vida al espacio muerto. Aprovecha cada hueco. Mejor aún haz que parezca irreal.

Es el engaño del sofisma. ¿Qué dije? Nuestro cerebro siempre está pensando aún mientras dormimos. Razonamos e irracionamos. Una de las anteriores es más sencilla de utilizar que la otra, pero no es la que se recomienda en aspectos creativos e innovadores. Bueno, vemos y percibimos las cosas porque así nos han hecho que debemos verlas. Una imagen de una mujer embarazada tomando una cerveza la etiquetamos como si fuera mandada hacer por el publicista del infierno. Pero en realidad no es malo si te acercaras y vieras que es una cerveza sin alcohol.

A lo que voy es que no tenemos una razón verdadera independiente. La razón verdadera que interpretamos ya está ahí. Al imaginarnos cosas batallamos demasiado en hacer a un lado imágenes que vimos en TV, revistas, periódico, mientras caminamos, manejamos, amamos, mientras cruzamos la calle y demás cosas. En realidad no estamos imaginando cosas. Nuestro cerebro escapó de la cárcel y comenzó a robar recuerdos de aquí, de allá, de así y asado.

Esos recuerdos los juntó tal cual como pedazos de plastilina e hizo otro recuerdo o según tú, te imaginaste algo nuevo. La razón verdadera o el sofismo puede ser alterado acompañándolo con una apariencia falsa. A toda esta paja recién leída y escrita se le conoce como paradoja.

La confusión de lo ordinario con el engaño de la fantasía e inexistente. Bueno, si existe o no siempre es fantasía, pero no como estamos acostumbrados a resolverla. El sentido común, el cual es el sentido menos común no soporta un ingrediente más al menos que esté contemplado, pero cuando no está contemplado tu cerebro le pone más leña al fuego para entender la ilusión dentro de lo real y lo real dentro de lo irreal.

Espero y continúes con tu trazo. Ahora agrega algo similar. Combina las líneas simétricas con lo asimétrico. Haz que tu Maurits Cornelis Escher interno se desempeñe en esta ocasión.

Al igual que Escher debes de acomodar lo real dentro de un espacio. Concurrir con lineamientos, en los que no sean ordinarios. Escher pensaba en el “¿que sería si el mundo fuera así? Él además de imaginarlo lo desenvolvía en más de sus 400 obras. Y sí…¿Cómo sería hoy el mundo según Escher? -Entonces está columna tendría que ver con el antónimo de la paradoja y lo aburrido de lo ordinario.-

Una vez que hayas terminado tu dibujo. Ahora convierte esas líneas en esos trazos paradojiacos en voz, en música, en ideas, en naturaleza. En lo que lees o en lo que ves. En lo que comer o bebes. En lo que interpretas. En lo que sueñas e imaginas. En proyectos, pero sobre todo en ti.

Por eso es muy difícil que anexe imágenes en mis textos, ya que en mi opinión alteraría tu imaginación de la lectura con lo que quiero que veas. Si te dijera: “no pienses en que Santa Claus no existe” antes de que leas este renglón ya pensaste en el ciudadano del Polo Norte. O ¿qué hay si te dijera que pienses en una mascota o en dos herramientas? El perro, martillo y desarmador pasaron por tu mente. Claro, es lo más común.

Karl Reich
Fui concebido en 1981, nacido a principios de 1982. Soy de una generación que al nacer no existía el internet, pero si Siempre en Domingo. No era bizarro pedir ‘aventón’ y eso que soy de Chihuahua. Me apasiona el arte de aprender y desaprender paradigmas y romperlas. Busco inspiración en lo sensible de la naturaleza y lo sorprendente de lograr lo imposible en posible. Soy fan de la flexibilidad de la adaptación en mi vocación y persona. Adoro el buscar un espacio y en cualquier oportunidad colocar sobre la espalda una mochila e irme para buscar esa inspiración.