Siempre que diseñamos una pieza publicitaria y esta no hace parte de una campaña sino que es un elemento suelto cotidianamente producto de la necesidad de un cliente que tenemos desde hace algún tiempo o un nuevo cliente que quiere conocer nuestra gráfica, debemos tener en cuenta el concepto para su realización.

 

Pero… ¿qué es el concepto?

No es otra cosa más que la idea que encierra el mensaje, ese código que hace que nuestro receptor se sienta identificado y genere la acción por saber más, por comprar, por ir, en fin el go to que todos nuestros clientes buscan.

 

¿Cómo encontrarlo?

No es un trabajo sencillo pero con una técnica clara es más fácil de resolver en tres pasos:

 

  1. ¿Que queremos vender?: Debemos ser claros en cual es el objetivo que deseamos alcanzar, ya sea un sentimiento o un razonamiento que directamente nos lleve como solución al producto o servicio promocionado.
  2. ¿A quien va dirigido el mensaje?, definir el target o grupo objetivo es esencial para determinar el lenguaje incluso la forma en como vaya redactado el copy y las imágenes.
  3. ¿Como seria el diseño? El diseño debe ser invisible y con ello no se busca que no lo tenga, al contrario debe estar tan íntimamente ligado con el mensaje que parezcan uno para el receptor. Porque cuando un diseño es complejo y confuso e implica decodificación por parte del receptor este se desvía del objetivo: “identificación con el mensaje” y termina por ser complejo para el grupo objetivo.

 

Siempre debemos tener en cuenta un focus group, mostrando su pieza gráfica a una o varias personas y pregúnteles por lo que ve, si no entienden lo que desea promocionar o debe explicarles, ello indica que algo esta mal en el mensaje, el concepto o ambas.

 

Indico a continuación el proceso: