La fotografía y su mundo requerirían, para garantizar una verdadera expresión visual y darle credibilidad, de una completa libertad y movilidad para el fotógrafo, pero por diferentes razones existen espacios que limitan la toma de imágenes fotográficas.

Algunas veces se restringe, por ejemplo, disparar fotografías con flash en espacios museográficos porque las piezas exhibidas necesitan de cuidados especiales y podrían dañarse con las ráfagas de luz. El Museo de Louvre, en París, Francia, es un ejemplo de ello.

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En otros casos la toma de fotografías en lugares privados se restringe por respeto a los propietarios del lugar y su derecho al espacio personal. En Estados Unidos, por ejemplo, se prohíbe que los foto periodistas encuadren a alguna edificación si las persianas o cortinas se encuentran abiertas.

Daily personal projects, por  Jessica Antonini

Hacer fotografías también se puede limitar por causa de las costumbres del lugar. Tal es el caso de la iglesia principal de San Juan Chamula, en Chiapas, México, donde sus feligreses realizan ritos que combinan al catolicismo y a sus costumbres mayas originarias. Ahí, se cree que tomar fotografías afecta a los practicantes de la religión.

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Además de proteger la privacidad e intimidad de las personas, restringir las fotografías también representa proteger la seguridad de ellas. En el caso de los niños, hay países, donde es necesario colocar efectos de pantalla para que no se divulgue su identidad. También existen lugares con gran atractivo turístico cuya imagen está protegida por derechos de autor, por lo que no es posible. hacer tomas.

 

 

En todo caso, la recomendación es que siempre sepas averiguar cuáles son las condiciones y limitaciones que se pueden presentar en el lugar donde quieres realizar una sesión, preguntar acerca de requisitos y valorar si es factible o no hacer esas fotos.