Una de las actividades más cotidianas en esta profesión es diseñar tarjetas de presentación, aunque pareciera una actividad muy simple y básica de realizar, debemos entender la importancia que éstas tienen sobre la persona, por lo que no podemos tomarnos a la ligera su creación, para ello podemos dedicarle cierto tiempo y pensar en qué es lo que quiere esa persona, para de esa manera adecuarla a las necesidades de cada quien.

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No utilices PowerPoint o Word:
Entre los diseñadores es un chiste recurrente el que los clientes utilicen este programa, pero empieza con el ejemplo y nunca uses Word para crear cualquier cosa, se verá sumamente novato.

No sobre satures de información:
Es una tarjeta de presentación, no un folleto, agrega sólo los datos necesarios para hacer contacto, de eso se trata, una vez hecho esto podrás extenderte después.

Cuida las tendencias:
Subirte a los temas de moda puede parecer tentador y útil, pero recuerda que las tendencias pasan, se reflexivo y piensa por cuánto tiempo te será útil ese diseño.

No uses muchas fuentes diferentes:
Recuerda que se trata de hacer contraste, no revolver la información, si usas muchas tipografías perderá seriedad, además de mostrar indecisión.

No utilices plantillas prediseñadas:
Una cosa es que tomes inspiración o que veas las tendencias, pero nunca utilices una plantilla, siempre trata de personalizar los diseños aunque sea un detalle. Por supuesto puedes hacer tu propia plantilla para mostrar uniformidad en algunos casos.

No uses fondos demasiado llamativos:
El foco de atención debe ser el nombre de la persona, si utilizas colores estridentes o demasiado elaborados, es posible que la visión se perturbe y la gente se confunda.

Cuida la impresión:
De nada sirve tu diseño si la impresión es mala o de baja calidad, arruinará por completo el efecto y le dará una sensación abaratada a tu trabajo.