Todo el mundo reconoce la imagen de Mickey Mouse, principal personaje animado de Walt Disney: sus grandes orejas, su pantalón corto de color rojo y ¿sus tirantes? Pues no los tiene y nunca los tuvo… a pesar de ello, es común confundirse y creer que en alguno de sus momentos este ratón los poseyó.
Suele ocurrir que mucha gente piensa que existe alguna característica visual en un personaje, un logotipo o cualquier objeto de la creatividad visual, pero al observarlo y revisar su historia a través del tiempo, tal aspecto gráfico sencillamente no se observa a esto se le ha dado por llamar efecto Mandela.
Tal denominación surgió porque muchas personas aseguraban que el líder político sudafricano, Nelson Mandela, había muerto durante su encierro en la prisión, pero no fue así… su confinamiento inició en 1962 y concluyó en 1990, más de 27 años después. Tras de ello, gobernó su país y se consagró como uno de los más emblemáticos personajes del siglo XX a nivel global hasta su muerte verdadera en 2013. En honor a esta confusión colectiva fue que se denominó a este fenómeno de tal manera.
Hay quien asegura que estas confusiones se dan porque existen realidades paralelas que en algún momento se pueden manifestar y generar este tipo de equivocaciones. Más bien habría que abogar por confusiones colectivas que se fincan en falta de atención, la validación de rumores y al ojo poco educado del gran grueso de la población.
Como el error de Mickey Mouse existen otros, como la creencia de que la serie animada Looney Tunes se denomina Looney Toons – Aquí la confusión se deriva de del término cartoon, por ejemplo-.
…o el que asegura que el personaje de Star Wars, C3PO es todo de color dorado cuando en realidad posee una pierda plateada… pocos han reparado en este hecho:
O creer que no existe división entre la V y la W en el logo de Volkswagen.
Se trata de errores que responden más bien a la falta de atención y a la capacidad del ojo humano de “agrupar” visualmente los elementos que aparecen dentro de u campo visual.
