En medio de la fiesta deportiva mundial que se celebra en Río de Janeiro, vale la pena comprender la compleja nomenclatura urbana que posee esta ciudad, la cual se caracteriza por poseer espacios de primer nivel, con belleza arquitectónica notable, en coexistencia con conjuntos habitacionales surgidos de la miseria y desigualdad social que describe a Brasil.
Las favelas de Río de Janeiro son asentamientos irregulares surgidos en suelos inestables, cerros y terrenos peligrosos que son separados de los barrios de clase media y alta través por laderas y hasta muros construidos ex profeso. Son espacios residenciales en los que los servicios básicos -electricidad, agua potable, drenaje, pavimento y comunicaciones- llegan de manera deficiente y en algunos casos sencillamente no llegan.
Históricamente, las favelas han sido espacios de exclusión social en los que las oportunidades de sus habitantes son limitadas en cuanto alimentación, educación y movilidad social. Es común encontrar problemas de alta delincuencia, drogadicción. Pero en medio de tantas dificultades, se han convertido en un espacio de desarrollo para la creatividad visual y un reto para el urbanismo y la arquitectura del paisaje.
Es precisamente a través del arte y la creatividad visual, por ejemplo, que se han podido revertir algunos efectos de la degradación social entre los jóvenes, quienes han abandonado las armas y las drogas para tomar la pintura y realizar obras de creatividad visual en muros.
Pero además las favelas, que en otros países también existen aunque se denominen de otra manera -hay que verlos caseríos que cubren cerros completos en el norte de la Ciudad de México, por ejemplo- se han convertido en inspiración para los propios creativos visuales, quienes generan piezas gráficas en honor a estas complejísimas zonas habitacionales.
Brazilian Favela, por Eric Van Nynatten
Favela, por Pedro Vargens
Favela e Arte, por Rodrigo Herzog
Maquete – O Morro, a Favela, por Santiago Ribeiro
FAVELA, por Junior Guimarães
