Un ritual tradicional que va en contra de las ideas liberales de la época fue la inspiración del fotógrafo David Magnusson, quien retrató a los protagonistas del Baile de la Pureza, cuyo objetivo es preservar la virginidad de las mujeres hasta el día de su matrimonio. Aunque sui géneris, esta serie fotográfica ha tenido éxito entre los espectadores que curiosos observan el recelo de los padres por la castidad de sus hijas.
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Desde finales de la década de los 90 en las ciudades de Luisiana, Colorado y Arizona se llevan a cabo los Bailes de Pureza, que se preceden de una ceremonia religiosa donde las chicas prometen a sus padres mantenerse vírgenes hasta el matrimonio, así también los padres prometen hacer lo posible por conservar la castidad de sus hijas. Interesado en este ritual, el fotógrafo sueco David Magnusson asistió a los bailes y captó a los padres protegiendo de manera simbólica la pureza de sus hijas.
El objetivo de desarrollar esta serie de fotografías fue “tratar de entender cómo nos vemos influidos por la sociedad en la que crecemos y cómo interpretamos el mundo a través de los valores” para luego publicar un libro al que nombró Purity (Pureza).
El éxito de estas sobrias fotografías fue tal que se realizó una exposición llamada igualmente Purity, presentada en el Museo de Fotografía de la ciudad de Estocolmo en Suecia en la cual se exhibieron todas las imágenes que contiene el libro.
