El talento artístico de los habitantes mesoamericanos antes de su encuentro con las culturas europeas es innegable y de eso se dieron cuenta los conquistadores, quienes ordenaron la construcción de las nuevas obras de arquitectura e infraestructura que se instalaron en la región.

Lo que no esperaban los ingenieros y arquitectos venidos de España es que los artistas visuales indígenas que trabajaron en las nuevas construcciones religiosas y cívicas utilizaron sus propios códigos estéticos y simbólicos en los remates y otros detalles de las obras ordenadas por el nuevo gobierno. A este estilo estético se le denomina arte tequitqui.

Esta manifestación artística se expresó principalmente en los espacios escultóricos contenidos en las obras de arquitectura encargadas por la corona española y de alguna manera resultó conveniente para los conquistadores porque los mensajes evangelizadores de la nueva cultura se pudieron transmitir con un lenguaje simbólico más cercano a los habitantes originarios de los territorios americanos.

Retablos de iglesias, así como sus fachadas, los remates escultóricos en los obras civiles y detalles en piedra o madera de muchas construcciones residenciales muestran el creativo trabajo de las manos indígenas.

shutterstock_9593848 (1)

Investigadores en historia, arqueología y antropología han dedicado mucha tinta y horas estudio para comprender y dilucidar los códigos y mensajes contenidos en las construcciones que mandaron levantar las distintas misiones encargadas de la conversión social, religiosa y cosmogónica en Nueva España.

Si bien resultan incomprensibles muchos de los códigos -a causa de la eliminación de múltiples vestigios culturales originarios por parte de los españoles durante su intervención militar en estos territorios-. Otros se adivinan similares a los contenidos en las grandes obras mexicas, mayas y de otras civilizaciones asentadas aquí.

shutterstock_9939556

En todo caso, el arte tequitqui propició que muchas de las grandes construcciones de cantera labrada o tezontle contuvieran elementos de ambas culturas y adquirieran de este modo una personalidad única que en ninguna otra región del planeta es posible encontrar.

Se trata de un estilo que, una vez que los estudiosos del arte tomaron conciencia de él, se convirtió en inspiración para las nuevas manifestaciones de arte que también aquí adquirieron una personalidad única. Pensemos, por ejemplo, en los detalles inspirados en el arte prehispánico incluidos en construcciones art déco de la Ciudad de México, en las obras neocoloniales de principios del siglo XX o en las grandes construcciones funcionalistas que, como el Museo de Antropología de la Ciudad de México, incorporan estos elementos estéticos.

shutterstock_116134186

Imágenes: Shutterstock