México D.F.- En etiquetas, logotipos, espectaculares y, prácticamente, en cualquier parte podemos ver una cantidad enorme de tipografías, unas más afortunadas que otras; algunas legibles otras no tanto. La mayoría de los compradores no perciben la diferencia entre una Frutiger y una Helvética, prácticamente las ven iguales.


Actualmente, con Internet se tiene acceso a una galería inmensa de familias tipográficas lo que, pensando positivamente, puede ser bueno. Sin embargo, hay gran cantidad de ellas que son de baja calidad y no poseen pulcritud de trazo en las formas y contra-formas, en los espaciados, o en el diseño de caracteres suficientes para cubrir los signos de puntuación y diacríticos para cualquier lengua romance. Muchas veces hasta la programación de la misma tipografía es deficiente.

Lamentablemente muchas de éstas son utilizadas en diferentes medios, sin tomar en cuenta la importancia que conlleva la selección de una tipografía para la comunicación de un mensaje, así como de la connotación tanto de personalidad como de valores.

La tipografía es una de las armas más poderosas que un diseñador puede tener. Es considerada tan eficaz como el color, ya que mediante el diseño de los caracteres se transmite personalidad, diversidad, fortaleza, institucionalidad o movimiento, por mencionar algunos atributos.

Una tipografía mal elegida puede desviar el mensaje que se quiere transmitir; así pues, la selección tipográfica puede afectar para bien o para mal una identidad.

A continuación se recomiendan 9 pasos para lograr una adecuada elección de tipografía:

1. Reunir la tipoteca más grande que se pueda y organizarla por estilos, casas tipográficas, personalidades e, inclusive, hasta por año o época de creación. Entre más ordenada y amplia sea la selección, será más rápida y acertada.

2. Identificar lo que la identidad requiere transmitir, es decir, claridad en el concepto.

3. Recurrir a los portales de fuentes tipográficas confiables o consultar directamente los sitios de tipógrafos reconocidos.

4. Evaluar diferentes tipografías e ir seleccionando las que connoten los valores que se quieren transmitir.

5. Comprar las fuentes tipográficas, ya que cada vez es más frecuente las demandas millonarias de casas tipográficas contra agencias o empresas que publican una fuente sin haber comprado su licencia.

6. Realizar diferentes estudios tipográficos, haciendo un análisis visual sobre la identidad con las tipografías elegidas.

7. Es importante darle personalidad exclusiva a la identidad, esto se puede lograr mediante la modificación de una tipografía existente o la creación de una nueva, lo que puede equivaler a un lettering, caligrafía, etc.

8. Evaluar tipografías secundarias  es importante para que la tipografía principal de la identidad tenga exclusividad. Un error muy común es usar la tipografía principal en todos los cuerpos de texto, y ello genera saturación del mensaje sin lograr una buena composición y los signos de puntuación podrían estar en baja legibilidad.

9. Es recomendable revisar con el equipo de trabajo las tipografías propuestas, con la finalidad de saber que las elecciones están siendo las correctas.

Es digno de reconocer y dignificar la gran labor de los tipógrafos, desde los creadores de tipos del siglo XV hasta los tipógrafos contemporáneos, pues la creación de una fuente tipográfica no sólo conlleva un trabajo exhaustivo, sino también aporta un catálogo inmenso de una de las herramientas más importantes para el buen desarrollo y éxito de la labor diaria de un diseñador.