Un taco en la calle tiene un valor inconscientemente económico. Abrumador sería si costara más de lo esperado. Pero bueno, teniendo hambre y poca plata pues venga a nuestro reino lo que caiga ¿no?

Seguramente después de un día muy complicado en el que tu jefe no te dejó salir a comer porque tenías que entregar una propuesta, mientras el se encuentra de vacaciones en las Filipinas.

Hace unos días me fui al cielo al encontrar en una ciudad del norte algo que añoro y deseo todos los días de la capital mexicana. El tráfico y las manifestaciones.¡Jaaa! por supuesto que no. Me refiero a esa comida itinerante que se mueve entre kilómetros a kilómetros. Sabes que a esa hora él va a estar ahí. Y digo ‘él’ porque no sé la razón, pero todos son varones. Según ellos se levantan desde temprano para cocinar. Pero bueno, eso no es lo importante. Lo que sí es relativo es que todos los godines o free lancers se escabullen de sus oficinas para ir al paraíso. Típico que mandan al o a la que perdió la apuesta.

Siempre hay ese oasis debajo de cualquier zona corporativa. ¡Seeeee! Un bote con tapadera roja de mayonesa Hellman’s bien lavada y enjuagada para depositar litros de salsa verde con esa cebolla crocante. Un alambre es más que necesario para adjuntarla a la bici y poder deleitar los tacos introducidos en una canasta con un plástico azul. ¿Por qué azul? Ese color en la colorimetría es significado de confianza. Por eso los bancos y negocios importantes quieren reflejar ese deseo… el de “confianza”, pero estos emprendedores y empresarios que operan la industria de ‘Los Tacos de Canasta’ digamos que lo sabían sin saber.

Vender comida en bici. Qué grandiosa idea. Lo digo con mucho respeto y sentido, la cual en verdad es una muy buena idea.

Seguramente mientras lees esto estás esperando que el gobierno o alguien se le ocurra una idea y que te invité como socia/o. Hay mucha influencia de tras de esto, ya que la mayor empresa que vende pizzas y franquicias llevó a cabo algo similar. Los creadores entendieron que el producto puede ser transportable y vendible siempre y cuando esté caliente. Una pizza caliente. Fría sabe rica, pero al día siguiente después de una noche de locura. En el momento que deseas ese aroma y el explotar de los sabores, obviamente predominan más cuando está calientita. Lo mismo con los tacos.

Pensemos que es una industria que no paga impuestos. Es una economía informal. La materia prima reduce muchos los gastos y costos y no se necesita de gasolina. El capital humano (empleados) son muy pocos. Entre 4 manos lo pueden llevar a cabo todo. En cuanto el mercado o mejor dicho el capital social es abrumador. Es enérgicamente enorme. El vendedor necesita de muy buena pierna, coordinación de respiración, abdomen y espalda.

Se me hace interesante el romper una pared que divide tacos de un transporte de dos llantas. Precisamente eso es la creatividad y la innovación. Ideas más sencillas pueden ser las más grandiosas; sin embargo las más grandiosas pueden ser las más sencillas.

Esto puede sonar a una oda del taco de canasta, pero es una identificación que no tiene deseo de consumo por el empaque, ni por lo bello del pasillo (emulando un retailer) ni por lo guapo del señor, ni lo guapa de la cajera. Sino porque el producto siempre está cuando debe de estar.

Karl Reich
Fui concebido en 1981, nacido a principios de 1982. Soy de una generación que al nacer no existía el internet, pero si Siempre en Domingo. No era bizarro pedir ‘aventón’ y eso que soy de Chihuahua. Me apasiona el arte de aprender y desaprender paradigmas y romperlas. Busco inspiración en lo sensible de la naturaleza y lo sorprendente de lograr lo imposible en posible. Soy fan de la flexibilidad de la adaptación en mi vocación y persona. Adoro el buscar un espacio y en cualquier oportunidad colocar sobre la espalda una mochila e irme para buscar esa inspiración.