Sorprendentes creaciones arquitectónicas que honran la llegada de la primavera fueron construidas gracias a las habilidades artísticas de sus creadores prehispánicos y sus amplios conocimientos astronómicos.

Notas relacionadas:

La cultura pop del mundo al estilo azteca
El Códice Mendoza, ahora en app
Femineidad y fertilidad, simbolismo del caracol marino en la cultura mexica

Se terminó el invierno, como consecuencia del movimiento de traslación de la Tierra, el equinoccio de primavera provoca la exacta duración del día y de la noche y representa en muchas culturas el enfilamiento hacia una época de mejores condiciones climatológicas, propicias para la agricultura y demás actividades sociales y productivas.

Para celebrar la llegada de la primavera, algunas culturas prehispánicas sobresalieron por sus destrezas y habilidades arquitectónicas, las cuales conjuntaron con sus altos conocimientos astronómicos para crear verdaderas maravillas arquitectónicas, cuyas formas y dimensiones fueron dispuestas para conmemorar cada equinoccio con sorprendentes efectos visuales.

Un ejemplo de este tipo de creaciones lo encontramos en el Templo Mayor de Tenochtitlan, en el centro de Ciudad de México: la manera en que fueron colocados y planeados los templos de Tláloc y Huitzilopochtli permite que con la llegada de la Primavera la trayectoria que sigue el sol proyecte sus rayos justo en medio de ambos edificios.

templo mayor 00

templo mayor

El diseño arquitectónico del Templo de Quetzalpapálotl, en Teotihuacán, está fue creado para que al momento del equinoccio, los rayos del sol provoquen un juego de luces y sombras a su paso por las almenas

teotihuacàn

Quetzalpapálotl 01

En la zona arqueológica de Dzibilchaltún en Yucatán, a partir de las 5 horas, desde varios puntos del Templo de las siete muñecas el sol sigue un camino trazado que le permite brillar desde los vanos de la construcción. Sin duda un ejemplo del cálculo arquitectónico y conocimiento astronómico.

Dzibilchaltún

Dzibilchaltún 01