México D.F.- Amparín, un ingenio muy distroller, ha marcado sin duda una tendencia gráfica difícil de concebir y fácil de piratear. Con la gran iniciativa de crear, crear y seguir creando, Amparo Serrano, la inquieta fundadora de Distroller ha marcado una tendencia en el diseño gráfico. Con tan sólo 10 mil pesos en su bolso, decidió dar de alta el nombre de Distroller, imaginando lo que sería una marca de dulces picositos que destruirían tu intestino, sin pensar poco a poco la marca y los diseños fueron tomando un giro celestial.

Concibiendo a la creatividad como todas aquellas ideas locas que surjan, Amparo Serrano propone que para poder darles forma, deberás vomitarlas en un papel, “Estamos incongestionados de brillantez creativa” pocas veces se logra escupir todo y darle forma a tantas ideas, pero seguramente existirá quien te ayude a ordenar cada concepto que te llevará a realizar tu gran sueño.

Distroller empezó siendo eso, un sueño. Y ahora como todo sueño algunas veces se deberá lidiar con algunas pesadillas, la peor pesadilla a la que se ha enfrentado Distroller es la piratería, que por que si ya le cambiaron el estilo de la nariz, ya es otro diseño fácil de comercializar. A pesar de que todos sus personajes y productos estén redebidamente registrados, la diseñadora de la Anáhuac asegura que no sirve de nada, todos están pirateados por todos lados. “A lo mejor la gente dice que es caro, sí, pero hay que ver que estás detrás de una computadora, para que se te ocurra algo tienen que pasar días y en copiarlo sólo te tardas un segundo.”

Tanta tendencia de colores en el diseño gráfico ha hecho que Amparo participara en campañas con Bic.