La ciudad de Hamburgo, en Almeania, inauguró la sala de conciertos Elbphilharmonie, la Filarmónica de Elba, en alusión al río que corre frente a esta imponente obra arquitectónica cuyo tiempo de construcción casi alcanzó la década y multiplicó diez veces los costos financieros que originalmente tenía previstos.
Se trata de un proyecto de la firma Herzog & de Meuron que tuvo dificultades para su construcción a tal grado que la obra tuvo que suspenderse entre 2011 y 2013 por causa del encarecimiento que la obra tuvo y las dificultades económicas que Alemania atravesó y sigue padeciendo junto el resto de Europa.
Esta obra arquitectónica gira alrededor de la sala de conciertos que es casa de la Orquesta Filarmónica de Hamburgo y las condiciones acústicas del lugar colocan al recinto como uno de los mejores para la audición de todo tipo de manifestaciones musicales.
El diseño acústico corrió a cargo del afamado Yasuhisa Toyota, quien desarrolló, para las paredes del recinto, un material especial conocido como “piel blanca”. Además, el sistema se compone por diez mil paneles de yeso que distribuyen el sonido por todo el recinto, el techo está también pensado para distribuir el sonido que sale se genera en el escenario.
La polémica obra preveía en un principio un costo aproximado de 80 millones de euros, pero al final cifra se multiplicó ¡diez veces! para quedar en un aproximado de 800 millones. Sin duda la belleza del recinto y la calidad en su acústica tendrán que valerlos… por lo pronto el sitio lució a todo su esplendor durante su inauguración.
La capacidad de esta salsa de conciertos es de 2 mil cien personas y en su fachada muestra paneles de cristal de cuarzo que ofrecen un impresionante espectáculo al exterior de la obra arquitectónica que también incluye unos cuatro mil metros cuadrados que alojan departamentos de lujo y un área comercial con restaurantes, tiendas y hoteles de primer nivel. Esta sala de conciertos pieza busca ser el emblema cultural y arquitectónico de Hamburgo a partir de ahora.