Emilio Alcocer

En el mundo del diseño muchas veces podemos llegar a encontrarnos con clientes que nos pueden causar uno o varios problemas y suele ser muy cansado negociar con ellos. El problema básicamente surge porque no existe una educación general en cuanto al diseño y muchas veces el cliente no sabe valorar nuestro trabajo.

Muchas veces pensamos que para convencer a un cliente nuestro trabajo hablara por sí solo, y aunque es verdad que sin una calidad impecable en nuestros servicios nadie nos volteara a ver, también es necesario adquirir otras habilidades para ser 100 por ciento efectivo.

Si eres freelance, o tienes un pequeño grupo de trabajo que se dedica a resolver necesidades a través del diseño, muy seguramente te has encontrado en la difícil situación de quedarte sin clientes, lo cual sin duda puede ser desesperante y a la vez frustrante.

Una de las opciones que nos pasan a todos los creativos por la mente cuando estamos estudiando la carrera es la de tener nuestra propia agencia, despacho o estudio de diseño. Estos tres nombres, y otros más, pueden resultar confusos, sin embargo al final la única diferencia entre uno y otro es el número de personas que laboran dentro de cada organización.

Tanto el marketing como el diseño están enfocados a solucionar problemas específicos de personas o grupos de personas específicos. Por un lado el marketing lo soluciona desde un enfoque más estratégico, y el diseño desde un aspecto creativo.

Google ha revelado la nueva versión simplificada de su logo. Este cambio se debe al reciente anuncio de la restructuración de la empresa y el renombramiento de esta bajo el nombre de Alphabet. ¿Es esto una decisión acertada o es algo arriesgada?

Muchas veces cuando terminamos la carrera de diseño (en cualquiera de sus ramas) nos es muy difícil saber qué es lo que vamos a hacer en nuestras vidas para desarrollarnos a nivel profesional. Esto se debe a que es una carrera un tanto estigmatizada en cuanto a cuales son los verdaderos alcances que tenemos en un mundo profesional tan competitivo.

Muchas veces como creativos nos encontramos en la difícil situación de no tener ideas nuevas, por lo que usualmente nos frustramos y hasta nos enojamos.