Desafortunadamente la lectura es una actividad que muchas personas, aún siendo profesionistas, no desarrollan ni realizan con la frecuencia que se debiera, pero tal vez ese problema tenga su origen en que no se hace una buena selección bibliográfica.
Si bien es cierto que existen lecturas obligadas que por tu labor debes realizar, fomentar el hábito de la lectura se relaciona más con una selección de títulos que vayan acorde a tus intereses reales.
¿Hay algún tema que te apasione? Lee sobre él, busca tìtulos de libros formales sobre ese tópico o artículos serios en fuentes confiables. El camino de lectura que sigas te llevará invariablemente a formarte en tu actividad creativa.
Y es que si tu interés de lectura es la literatura clásica, por ejemplo, en tus creaciones podrías evocar a tus títulos favoritos y adentrarte en sus historias, las cuales puedes expresar de una manera innovadora e inspiradora.
Hoy por hoy las posibilidades técnicas ofrecen la lectura a través de soportes electrónicos que pueden soportar múltiples
títulos, sin contar con la gran cantidad de artículos y otros textos especializados de cualquier temática.
Sin embargo, la lectura en soportes impresos sigue teniendo una preponderancia evidente. Según datos de Statista, hacia enero de 2015 un 79 por ciento de los lectores nacidos entre 1981 y 1996, los llamados Millenial, utiliza libros, periódicos o revistas, mientras que un 72 por ciento lo hace también a través de ordenadores portátiles o de escritorio.
Siguento con estos datos, las tabletas tienen una proporción de uso entre los millenials que ronda el 46 por ciento y la lectura desde teléfonos móviles se hace en un 36 por ciento.
Como vemos, existen personas que siguen prefiriendo la lectura en papel -tiene sentido si se toma en cuenta el desgaste que los soportes luminosos ofrecen por causa de un uso excesivo- y le encuentran hasta su lado “romántico”. Sea como sea, no debes olvidarte de realizar lecturas más allá de las necesarias e ineludibles. No te arrepentirás.
