El mundo del cine es innegablemente uno de los campos en donde la creatividad visual tiene un mayor campo de acción sin importar la latitud en que nos encontremos, por eso es importante cualquier acontecimiento  que esté relacionado con esta industria.

Hace unas horas se dio a conocer el fallecimiento del cineasta mexicano Jaime Humberto Hermosillo, afamado director que  representó toda una época de rgan calidad en las producciones e historias cinematográficas durante las décadas de 1970, 1980 y 1990.

Nacido en Aguascalientes, México, el 22 de enero de 1942, Hermosillo inició su actividad profesional en 1965 con el guión y dirección de su primer cortometraje. Quizás su primera cinta de relevancia fue La verdadera vocación de Magdalena, que llevó a la pantalla a la entonces a la actriz Angélica María, así como a la ya veterana Carmen Montejo, en una cinta que alejaba a la primera del estilo de cine juvenil que venía desarrollando con anterioridad.

Jaime Humberto Hermosillo pertenece al grupo de cineastas que le dieron una identidad muy particular a las producciones de la época de los setentas, en donde películas con alta calidad  -de Hermosiilo y otros más, como Felipe Cazals- sorprendían al mundo y coexistían con el llamado género de las “ficheras” -comedietas de baja calidad  tanto de producción como de actuaciones e historias en las cuales era común ver a bellas mujeres en historias inverosímiles-.

El cine de Hermosillo, en cambio, era propositivo sin dejar de ser provocador, como se puede apreciar en la cinta Las apariencias engañan, historia protagonizada por   Gonzalo Vega e Isela Vega donde se cuestionan los roles de género y de identidad sexual.

Jaime Humberto Hermosillo extendió su exitosa carrera hasta nuestros días -su última cinta data de 2018- y uno de sus más famosos trabajos fue la Tarea, película premiada internacionalmente que fue protagonizada por María Rojo y José Alonso.

Los temas relacionados con la sexualidad y sus diferentes expresiones fueron parte de este cieneasta que nunca temió en expresar abiertamente su homosexualidad, por lo cual también se convirtió en un referente necesario para algunas de las causas que buscan una mayor equidad de género y libertad de expresión de las diferentes manifestaciones sexuales y de género, temática que más adelante retomaron otros directores, como el propio Pedro Almodovar.