El rebranding es un proceso necesario que se debe llevar a cabo cada cierto tiempo en diferentes escalas para garantizar la subsistencia de las marcas y la proyección de sus productos. A continuación tenemos cinco recomendaciones para llevar a cabo este proceso con los mejores resultados.

1.- Cuida la imagen de la marca
El objeto principal a cuidar es la imagen y la proyección de la marca. Se trata del elemento que va a proyectar los productos que representa y se conforma como el principal activo visual y objeto de diseño con el que se cuenta. Al realizar una renovación, sus valores deben ser conservados a cabalidad.

2.- Valora los resultados previos
Para determinar el camino la renovación es necesario determinar cuáles elementos de la marca sí han resultado funcionales y cuáles no. Accede a los números de ventas y al posicionamiento de la marca para saber lo que debes conservar y qué es lo que debes desechar entre los conceptos de la marca.

3.- Encuentra áreas de oportunidad
Si ya sabes lo que sí funciona en  y lograste determinar qué es lo que no, has encontrados las áreas de mejora y eso te permite realizar los ajustes necesarios para establecer las nuevas reglas del juego para proyectar a la marca. Cada aspecto que se va a renovar debe ofrecer mejoras sustanciales para la proyección de la marca.

4.- Sé realista
Cada mejora que se debe hacer debe tener alcances realistas. Los nuevos objetivos que te plantees deben establecerse a plazos pequeños, medianos y largos que se puedan verificar en sus avances cada determinado tiempo, los cuales se puedan someter a evaluación y revisión constante.

5.- Respeta los pasos del plan
Si quieres buenos resultados con posibilidades de medirse adecuadamente, tienes que respetar el plan de trabajo original. Si bien evaluar constantemente los resultados te ayuda a hacer los ajustes necesarios, los objetivos finales deben estar planteados de tal manera que siempre te conduzcas a ellos.