En más de una ocasión llega a un nosotros un chispazo de creatividad y creemos reconocer una “idea millonaria” que nos hará ricos, pero pronto la dejamos a un lado y decimos que la delimitaremos en un tiempo libre que tengamos. Aprender a desarrollar una idea de forma adecuada puede significar la diferencia entre un proyecto exitoso y un pensamiento fugaz que se desvanece.
Quizás te interese: Páginas para descargar libros legalmente.
Para desarrollar una idea y transformarla en un plan más consciente se requieren de ciertos pasos que tendrás que repasar y modificar en varias ocasiones hasta que quede totalmente pulida.
- Reúne toda la información relacionada y la que te sirva para generar proyectos.
- Asimila la información, procésala, adáptala y úsala para desarrollar conceptos concretos.
- Relájate, pon tu mente en blanco y deja de pensar en la idea, así será tu inconsicente el que encontrará la opción más viable.
- Haz una lluvia de ideas y recoge todo lo que tu mente expulse.
- Dale forma a tus ideas, analiza lo que tienes para saber que te sirve y que no para después adaptarlas a las necesidades del proyecto.
- Cuestiona tus ideas, éstas deben responder a cada pregunta que plantea tu objetivo creativo.
- Mide el impacto de tus ideas: ¿Son relevantes, creíbles, novedosas o funcionales?
- Confronta tus ideas: ¿Qué te inspiran, cómo funcionan en otros medios, eso le gustará al público?
- Desecha las ideas que no sirven, que son muy complicadas o que no van con el proyecto. No se trata de tirar todo, sólo de priorizar lo que te ayudará más.
- Reflexiona: Si comprendes por qué no funcionan algunas de tus ideas, puedes generar las que sí.
- Busca la empatía: cada una de las ideas debe tener concordancia con los objetivos de tus productos y la funcionalidad de los consumidores.
- Ejecución: Aunque técnicamente aquí termina la delimitación, es necesario crear un plan de producción que permita cuidar la calidad del producto final, pues sin una buena ejecución, la idea podría desperdiciarse.